¿Sabías que esta conducta en la madre es más compleja de lo que parece? Se denomina síndrome del nido y a continuación te explico en qué consiste y si es beneficiosa o perjudicial.
¿Qué encontrarás en esta guía?
¿Qué es el síndrome del nido?
El síndrome del nido es un conjunto de deseos y conductas encaminadas a tener todo organizado para la llegada del bebé y tienes la necesidad de ser la perfecta anfitriona para él. No solo consideras necesario disponer de aquellos elementos que usarás en sus primeros días o semanas de vida, sino que va más allá.
De repente, sientes inaplazable tener la ropita de la talla de 6 meses ya comprada, perfectamente lavada, planchada y colocada en la cómoda. También ves indispensable que los armarios de la cocina por dentro luzcan relucientes y es el momento de hacer una limpieza a fondo de lámparas y azulejos. ¿Y esas chaquetas que cuelgan en tu armario que hace años que no te pones? Nunca mejor que ahora para sacar toda la ropa del armario y escoger qué prendas vas a donar o vender.
A simple vista no parece más que una previsión para tener las cosas preparadas, porque es complicado organizarse teniendo ya a un recién nacido, ¿verdad? Pero si fuera una conducta consciente y voluntaria, se esperaría que afectase por igual tanto a la futura mamá como al papá, aunque esto no es así.
La sorpresa proviene al ver que el síndrome del nido está más que presente en otras especies de animales y, por eso, se llama así: las aves preparan sus nidos antes de la llegada del nuevo miembro (el huevo). Con esto, podemos estimar que esta conducta es instintiva.
Volviendo a los humanos, no es que las mujeres sean más organizadas o responsables de las tareas del hogar y ellos traten de desentenderse, si no que hay una cuestión hormonal. Se ha visto que, tras esta conducta, tiene gran influencia la hormona de la oxitocina. Es la misma que hará que tengas contracciones durante el parto, que salga leche de tu pecho o que favorecerá el apego con tu bebé. En resumen, es la hormona de la maternidad.
Desde antes del parto, es la encargada de que tu mente se focalice en una sola cosa: que todo esté listo para la llegada de tu hijo.
Algunas teorías también valoran que el síndrome del nido guarde relación con el temor al parto. Todos sabemos que, cuando mantienes tu mente ocupada, dejas de pensar en otras circunstancias que pueden preocuparte, como cuando una amiga ha roto con su pareja, buscas planes que hacer con ella, para que se distraiga y esté menos triste.
Ponerte a cambiar toda la decoración de la habitación del bebé (que ya tenías más que montada y lista) en el último momento, hace que tu atención se centre en tonos de pintura, marcos de fotos, muñecos, artículos con su nombre bordado… no en futuras contracciones, posibles dolores y pujos.
Probablemente, ninguna de estas explicaciones sea suficiente por sí sola y, tras el síndrome del nido, haya un poquito de explicación en todas ellas.
Cuándo empieza el síndrome del nido durante el embarazo
Se habla de que el inicio se establece entre el quinto y sexto mes de embarazo. Pero lo cierto es que no es algo que ocurra de la noche a la mañana, que te despiertes un día y, de pronto, sientas esa necesidad inevitable de limpiar y organizar toda la casa.
Suele ser mucho más patente las últimas semanas de embarazo, siendo más intenso cuanto más se acerca el parto. De todas maneras, tampoco es una conducta que nos permita estimar de manera fiable cuándo va a producirse este.
Se ha visto que la intensidad es mayor en madres primerizas. Y, aunque no se sabe por qué, no es tan evidente en embarazos posteriores, aunque los niveles de oxitocina sean los mismos. ¿Tal vez sea porque ya cuentas con la experiencia del primero?, ¿o porque teniendo ya uno o más hijos en casa no se dispone de tanto tiempo como para planear una limpieza a fondo?
Como sea, poco antes de que llegue el bebé, parece que todo se pausa. La naturaleza es sabia, y ahora lo que tu bebé necesita no son ventanas relucientes y cortinas planchadas. Sin que nadie tenga que aclarártelo, tú sabes que esas tareas han quedado relegadas a un plano muy secundario.
Se cree, además, que, tras ese ejercicio intenso de organizar y limpiar, el reposo mental posterior a estos preparativos podría facilitar que se desencadenara el parto.
Cómo sé si tengo el síndrome del nido
Al inicio es difícil saberlo, porque puede comenzar con pensamientos y conductas muy sutiles y perfectamente justificables. Es entendible que hay cosas que es mejor tenerlas preparadas antes del parto, como la ropita para los primeros días, el lugar donde vaya a dormir el bebé, sus artículos básicos de higiene, etc. Además, sabes que, cuando nazca, no tendrás tiempo como ahora para limpiar y organizar en casa.
Pero… ¿tú cuando vas a tener visitas en casa sueles actuar así?, ¿estás destinando más tiempo del habitual en organizarlo todo?, ¿le estás dedicando más tiempo del habitual a las tareas de casa?
Te va a parecer todo tan normal, coherente, práctico y necesario, que es probable que, hasta después del parto, no te des cuenta de que aquellos pensamientos y tareas no eran más que el síndrome del nido.
Al final de mi embarazo recuerdo que me puse a hacer muchísimos guisos para dejarnos raciones congeladas, como si no fuéramos a ser capaces de alimentarnos teniendo un bebé en casa si no lo dejaba ya mismo preparado todo.
Me gusta cocinar, pero, echando la vista atrás, ¡lo recuerdo agotador! Hoy soy consciente de que mi marido podía haber cocinado una vez nacido nuestro hijo o que yo misma podía dedicarle tiempo a prepararme un filete a la plancha, una ensalada, un plato de pasta… Pues eso era, ni más ni menos, que el síndrome del nido.
Consejos para el síndrome del nido
Primero de todo, el síndrome del nido puede ser agotador. ¡Cuidado con eso! Porque debes recordar que estás embarazada y no deberías hacer tareas extenuantes.
Además, ten precaución si te subes a alturas, cargas peso o utilizas productos de limpieza en lugares poco o mal ventilados. Podrías exponerte a un riesgo de accidente doméstico, más peligroso estando embarazada.
Piensa que algunas tareas deberás delegarlas, otras tendrás que hacerlas con ayuda y, tal vez, otras habrá que posponerlas.
Algo que puede ayudarte a gestionar mejor el síndrome del nido es rellenar el plan de parto, el documento en el que establecer todas las cuestiones relacionadas con el momento del nacimiento de tu hijo. Poder tomar ciertas decisiones, te permitirá tener una mayor sensación de control.
Conclusión
El síndrome del nido es una conducta normal y adaptativa con el que prepararás la llegada del bebé. Si esos pensamientos recurrentes o conductas no te suponen un estrés incómodo, no es necesario consultar con ningún profesional.
Pero, en medio de todas esas tareas y preparativos, no olvides lo más importante: lo único que tu bebé necesitará al nacer eres tú.
Bibliografía
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3. Psikipedia. Conducta parental. https://psikipedia.com/libro/fisiologica/conducta-parental.
4. Barba-Müller E., Craddock S., Carmona S. (2019) Brain plasticity in pregnancy and the postpartum period: links to maternal caregiving and mental health. Arch Womens Ment Health; Apr;22(2):289-299. PMID: 30008085.
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