Probablemente te surjan dudas en torno a este período: ¿podré darle el pecho? ¿tendré leche suficiente? ¿hasta cuándo debería amamantar a mi bebé? o, ¿mi leche es realmente mejor que la leche artificial? entre otras cosas. Sigue leyendo y te cuento todo lo que deberías saber sobre la lactancia materna, incluidos algunos falsos mitos que podrás desterrar.
¿Qué encontrarás en esta guía?
- 1 Leche materna ¿por qué es tan especial?
- 2 Hasta cuándo deberías amamantar a tu bebé
- 3 Beneficios de la lactancia materna
- 4 ¿Cómo dar el pecho?
- 5 Tomas: ¿Cuántas y con qué frecuencia?
- 6 Consejos de alimentación durante la lactancia
- 7 Superar dificultades en la lactancia
- 8 Preguntas frecuentes sobre lactancia
- 9 Recomendaciones para tener una lactancia materna exitosa
- 10 Grupo de apoyo a la lactancia: qué es y cómo me puede ayudar
- 11 Bibliografía
Leche materna ¿por qué es tan especial?
La leche materna es el mejor alimento para todos los recién nacidos.
A menudo se habla de que la leche tarda en “subir” tras el parto, pero es una terminología que puede llevar a la creencia de que, durante los primeros días de vida, el bebé no encontrará suficiente alimento en el pecho de su madre. Destierra esta preocupación, lo que tarda unos días en subir es la leche madura.
Desde el nacimiento, tus pechos tendrán la leche que tu bebé va a necesitar en sus primeras tomas, el calostro. Tiene nombre diferente porque su composición es distinta, más adecuada a las necesidades de un recién nacido: es más espesa, porque está más concentrada, tiene más proteínas y vitaminas A, E y K, minerales y, lo que es más importante, una mayor cantidad de elementos inmunológicos que la leche madura, y que no contiene ninguna leche artificial.
El calostro da paso a la leche de transición, que va variando su composición de acuerdo a las necesidades del bebé, hasta aparecer la leche madura al 4º-15º día, que es más rica en grasa y mantiene en su composición inmunoglobulinas y células vivas, indispensables para un correcto desarrollo inmunitario de tu bebé.
La composición cambiará en función de lo que requiera en cada momento tu bebé: una mamá de un prematuro fabricará leche diferente a la de una mamá de un niño nacido a término, y será distinta la leche de una mamá de un bebé sano y la de otra mamá de un bebé de la misma edad resfriado.
Podemos dividir la lactancia materna en dos períodos que van desde el nacimiento hasta los 6 meses, y desde los 6 meses hasta los 2 años. La lactancia materna debería mantenerse hasta, al menos, los 2 años de edad, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hemos asumido el abandono precoz de la lactancia hasta tal punto que a estas lactancias se les llama “prolongadas”, cuando en realidad deberíamos llamar “lactancia interrumpida” a toda aquella que no alcance los 2 años. Los beneficios de la lactancia materna están ampliamente estudiados y comprobados. Para el bebé: Un bebé alimentado con leche materna tendrá menos infecciones respiratorias, gastrointestinales y de oído, un desarrollo motor, cognitivo e inmunológico óptimo (la leche materna es lo que la naturaleza ha previsto para que el sistema inmunológico infantil termine de desarrollarse, y hay que tener en cuenta que el estado inmunitario será determinante a la hora de afrontar numerosas enfermedades a lo largo de la vida), menos alergias, menos problemas digestivos y mejor flora intestinal, menos estreñimiento y verá reducido el riesgo de muerte súbita del lactante. No se sabe bien qué es la muerte súbita, pero sí se sabe y tenemos evidencia de que disminuye si los niños reciben lactancia materna. Dr. Juan Casado, pediatra Además, disminuye el riesgo de ser celíaco, tener caries o piezas dentales mal colocadas, diabetes, cáncer de mama (en niñas que hayan sido amamantadas), enfermedades inflamatorias intestinales crónicas, esclerosis múltiple y obesidad. Para la mamá: reduce el riesgo de cáncer de mama y ovario, de desarrollar diabetes tipo 2, mejora la remineralización de los huesos, reduciendo la osteoporosis en el futuro, disminuye la incidencia y gravedad de la depresión postparto, facilita la recuperación postparto reduciendo el sangrado, ayuda en la pérdida de peso en el postparto y favorece el vínculo con el bebé. Además, la prolactina (hormona que estimula la secreción de la leche a través de una acción directa sobre la glándula mamaria) hace que el sueño sea más profundo y reparador. Al contrario de lo que se suele creer, dando el pecho descansarás mejor. Cuando lleves tiempo amamantando descubrirás que te manejas a la perfección casi en cualquier postura, pero cuando nunca lo has hecho, es normal que tengas dudas sobre cómo colocarte. Es imprescindible que estés cómoda, una toma puede ser muy cortita o hacerse eterna, tu confort es indispensable. Tu bebé deberá tener su cuerpecito alineado y bien pegadito frente a ti, sin tener que girar la cabeza. Deberá agarrar más areola bajo el labio inferior que bajo el superior. Cuando succione no deberás oír chasquidos con su lengua, los labios los tendrá evertidos hacia afuera, con la boca bien abierta (como comiendo una gran hamburguesa, no como sorbiendo un espagueti) y verás sus mejillas redondeadas, no hundidas. Si quieres amamantar tumbada, no tienes más que colocarte de lado y darle a tu bebé el pecho que quede más bajo, recuerda que él no debe girar la cabecita, por lo que deberás girar su cuerpo hacia ti sosteniéndole para que no ruede y quede boca arriba.
Si prefieres estar sentada, coloca al bebé girado hacia ti con la ayuda de un cojín de lactancia o tus brazos. Si le das el pecho izquierdo, tu bebé apoyará su cabecita sobre tu antebrazo izquierdo, con esa mano puedes sostenerle por la espalda o el culete, quedándote libre la derecha. Y recuerda: dar el pecho puede ser algo molesto al principio pero no debe doler. Si duele, consulta con tu matrona para que evalúe el agarre. La lactancia es a demanda, ya sea materna o artificial. La teta no entiende de relojes, habrá niños que mamen menos tiempo y más veces a lo largo del día y otros que hagan tomas muy largas y menos frecuentes (sí, también los hay que hacen muchas tomas y bastante eternas). Debes saber que hay algunas etapas de máximo crecimiento en las que los bebés demandan más pecho, esto ocurre para que tu producción aumente. Tranquila, es agotador, pero en pocos días todo volverá a la misma rutina, estos brotes o crisis de lactancia son absolutamente normales. Suelen ocurrir a las 3 semanas, al mes y medio, a los 3 meses, al año y a los 2 años. La mejor manera de afrontar una crisis de lactancia es con información. Sabiendo que existe, por qué pasa, que está asociado a ciertos momentos de la lactancia donde suele ser más habitual y cómo se puede solventar, puedes gestionar mejor este momento. Laia Rovira, nutricionista especialista en embarazo e infancia ¿Recuerdas que la composición de la leche cambia en una misma toma? Hace años se aconsejaba dar 10 minutos cada teta, cada 3 horas. Hoy en día está desaconsejadísimo, ya que así el bebé pasará mucha hambre porque estará tomando solo la parte menos nutritiva de la leche. Por eso hay que dejar que el bebé se sacie y se suelte él solo del pecho… ¡que se suelte! No pienses que por quedarse dormido ya habrá terminado de comer, porque los bebés siguen mamando mientras duermen. De hecho, es una de las mejores maneras de conseguir que concilie el sueño. Cuando se suelte, ofrécele el otro pecho, puede que no lo quiera, no es necesario que coma de ambos en la misma toma. Si no la acepta o mama muy poco, en la siguiente toma empieza ofreciéndole esa en primer lugar. Es habitual que las embarazadas se preocupen por saber qué pecho ofrecer primero en cada toma cuando nazca su bebé, pero créeme, al inicio de la lactancia se te llenarán tanto los pechos, que saltará a la vista cuál es el pecho que más lleno tengas. La naturaleza es sabia y ha priorizado la adecuada composición nutricional de la leche materna, aunque la dieta que sigas no sea equilibrada. Recuerda que el alcohol pasa a la leche materna, así que es preferible no consumirlo en esta etapa o hacerlo en pequeñas cantidades y dejando después el tiempo suficiente hasta la próxima toma, para que no le pase al bebé. Y el té, aunque sea una bebida sana, no siempre es aconsejable en el embarazo. Asegúrate de confirmar con tu doctor si tus tés habituales son recomendables en tu embarazo. Algunas sustancias del tabaco también pasan a la leche, pero se ha visto que es más perjudicial para el bebé alimentarle con leche artificial que amamantarle, aunque la mamá fume. Verás que tras el parto tu figura no vuelve a ser como antes del embarazo, tu tripa parecerá todavía de embarazada, probablemente en los muslos y caderas hayas acumulado grasa. Pero tranquila, tengo una buena noticia: la lactancia materna consume más energía que el embarazo. El desgaste calórico será elevado, no solo no debes hacer dieta mientras amamantas, sino que deberás aumentar en 500 kilocalorías diarias tu ingesta, no va a costarte hacerlo, ¡ya verás qué hambre tienes a todas horas! Recuerda que tu alimentación debería ser saludable siempre, no solo durante la lactancia. Amamantar no siempre es sencillo, a veces se produce un mal agarre por culpa de la forma de la lengua del bebé o del pezón, si es demasiado grande o plano, pero tu matrona te enseñará cómo solventarlo con posturas más adecuadas. La mastitis es uno de los problemas más conocidos de la lactancia materna. Es una inflamación del pecho, que se muestra hinchado, duro, enrojecido y caliente. A veces, también hay malestar general y fiebre. La causa suele ser infecciosa, si no se resuelven con una extracción adecuada y frecuente de la leche, puede ser necesario recetar antibióticos. No abandones la lactancia por una mastitis pensando que así se solucionará, no seguir el tratamiento adecuado y detener la extracción de la leche empeora los síntomas. Es totalmente seguro seguir amamantando durante una mastitis, aun tomando antibiótico, ni la infección, ni el medicamento suponen el más mínimo riesgo para el bebé. Una dificultad, tan frecuente como desconocida, es el fenómeno de Raynaud. 1 de cada 5 mujeres puede sentir molestia en el pezón durante la lactancia por causas circulatorias: la sangre no llega adecuadamente a la superficie del pezón y eso causa un ligero dolor (si en invierno las yemas de los dedos se te quedan blanquecinas por el frío, puede deberse a este fenómeno). Se resuelve evitando ambientes fríos al amamantar, corrigiendo la postura, evitando el tabaco y, para los casos más intensos, con medicación compatible con la lactancia. Puede llegar a desanimar saber que existen estas dificultades, quizás no tengas ninguna en toda tu lactancia… o sí. Piensa que el momento de darle teta a tu bebé será muy íntimo, saber que solo te necesita a ti para crecer sin que le falte de nada es algo completamente mágico. Es cansado, en ocasiones, tremendamente agotador, pero cuando tu lactancia termine echarás mucho de menos esos momentos de complicidad en los que parecía que los dos, seguíais siendo uno. Aunque suena muy “a madre”, los bebés crecen muy rápido y cuando te quieras dar cuenta ya no tendrás bebé, sino todo un hombrecito o una mujercita y estas molestias no serán más que una anécdota más. En las cajas de leche artificial se indican cantidades orientativas de lo que debería comer cada niño según su edad (aunque la que comen muchos bebés no se corresponde con ellas). Esto hace que las madres que amamantan se pregunten cuánta cantidad de leche saldrá de sus pechos y si será suficiente, pero es imposible cuantificarla. Como el pecho no es transparente y no podemos saber la cantidad que está bebiendo el bebé, sabrás que tu bebé ha tomado suficiente leche cuando se suelta del pecho de manera espontánea y se queda tranquilo. Laia Rovira, nutricionista especialista en embarazo e infancia La única forma de medir la cantidad de leche materna es extrayéndola con un sacaleches, pero un sacaleches siempre sacará menos leche que un bebé porque su eficacia es menor que la succión de tu peque. Tranquila, en las revisiones del bebé se valora cómo va creciendo, un bebé que come lo suficiente, se desarrollará adecuadamente y hará, al menos, 5 o 6 pipís al día (en verano, si suda mucho, puede eliminar menos líquido por la orina). Aunque haya quienes sigan afirmando que durante la lactancia no se puede tomar ningún medicamento más que el paracetamol, lo cierto es que la inmensa mayoría son seguros. En la web de e-lactancia, hecha por pediatras, analizan la presencia en la leche de medicamentos que haya tomado la mamá y determinan, si hubiera trazas del fármaco en la leche, si es inocuo para el bebé. En su buscador hay medicamentos, alimentos y componentes de cosméticos y se catalogan en función de su riesgo para la lactancia. Además, en caso de que lo que busques tenga riesgo alto o moderado, te indicarán una alternativa segura. Para conocer todas las claves de una correcta conservación de la leche materna, te recomiendo esta completa guía. A grandes rasgos, la leche materna extraída deberá conservarse siempre en un recipiente diseñado para ello, limpio y en buen estado, las bolsas te ahorrarán espacio. A temperatura ambiente puede mantenerse 6-8 horas (menos, si hace mucho calor), 8 días en nevera y varios meses en el congelador; dependerá de la temperatura, si es menor de -19ºC aguanta hasta 6 meses, si es mayor, podrá conservarse 3-4 meses. Recuerda que la leche descongelada no puede volverse a congelar y que a temperatura ambiente solo aguantará 1-2 horas y en nevera un máximo de 24 horas. La mejor manera de estimular la producción de leche es aumentando las tomas, puesto que la cantidad de leche que fabricarás dependerá de la cantidad de succión al pecho. ¿Recuerdas las crisis de lactancia? Cuando el bebé pegue un estirón necesitará comer más, por eso estarás unos días dando teta a todas horas, aumentando la succión, pasarás a producir mayor volumen de leche. La leche contiene una proteína llamada factor inhibidor de la lactancia (FIL), que es la que envía la señal de detener la producción cuando el pecho está lleno. Cada vez que el bebé toma leche, disminuye el nivel de FIL presente en el pecho y tu cuerpo lo tomará como señal de necesidad de fabricar más. Las tomas nocturnas son especialmente importantes, la prolactina es la hormona encargada de que fabriques leche y siempre está más elevada por la noche que por el día. Recuérdalo, puesto que, si quieres estimular la producción de leche, no deberás retirar tomas nocturnas. En algunos casos es necesario aumentar la producción de manera especial, por ejemplo, cuando durante un tiempo se le ha estado dando al niño leche artificial y se quieren retirar los biberones para volver a la lactancia materna exclusiva. En esos casos puede ser útil estimular la producción usando el sacaleches entre tomas. Cuando se aconsejaba dar pecho o biberón 10 minutos cada 3 horas, además de correrse el riesgo de desnutrición por no darles tiempo a comer lo suficiente, se les exponía a la deshidratación, en especial en épocas calurosas, cuando más se suda y más sed se tiene. Entonces se comenzó a aconsejar que los bebés tomaran agua. Sin embargo, hoy se sabe que la alimentación ha de ser a demanda. Como en el inicio de las tomas la leche es más ligera, los bebés que tengan sed, pero no hambre, solo querrán mamar un ratito, por eso es importante ofrecer el pecho cuando el bebé llore, puede que haya comido hace 20 minutos, pero tenga un poco de sed. Si es menor de 6 meses no se debe dar agua, puesto que su pequeño estómago se saciaría y perdería apetito, tomando menos leche de la que necesita. Si es mayor de 6 meses sí hay que ofrecerle agua, aunque al principio no le hará mucho caso. Un error habitual es definir el estreñimiento en función de la frecuencia con la que tu bebé haga deposiciones, cuando en realidad depende de su consistencia. La leche materna se aprovecha casi en su totalidad, apenas genera residuo, por lo que es normal si tu bebé al principio hace una deposición tras cada toma, pero luego no hace más que una vez por semana. Eso sí, cuando la hace, su consistencia es blanda. Si tu bebé hace deposiciones a diario una o varias veces, pero su consistencia fuera dura, sí hablaríamos de estreñimiento. Cuando se da leche materna es realmente extraño ver bebés con estreñimiento, en esos casos habría que valorar si se están dando las tomas suficientes al día. El cólico del lactante es un poco el cajón de sastre de los llantos del bebé. Cuando llora y no sabemos por qué, solemos afirmar que sufre cólicos del lactante. Se desconoce la causa, cómo se producen y cómo se resuelven, pero parece que poco tienen que ver con temas digestivos, sino más bien con la cantidad de contacto. Todos los bebés lloran, es su mecanismo innato para llamar nuestra atención para mantenernos cerca y asegurarse los cuidados que garanticen su supervivencia. Hay bebés que lloran más que otros y también hay papás que se alarman más que otros, por lo que en estos casos es muy importante tener a un buen profesional que os tranquilice si el llanto del bebé fuera normal o que buscara la causa real de ese llanto tan insistente: la salida de los dientes, frío, calor, algún pelo o hilo enrollado en un dedito de la mano o el pie, un pañal sucio, estreñimiento, miedo, molestias por alguna irritación en la piel, hambre… Sí, la lactogénesis consume gran cantidad de yodo, por lo que se suplementa a las madres que dan el pecho con 200 microgramos al día de yodo mientras dure la lactancia (cuando las tomas ya son puntuales a lo largo del día, se puede suprimir). Este yodo está financiado por la Seguridad Social, pero no lo están los complejos polivitamínicos, porque no tienen beneficios demostrados en esta etapa. Por otro lado, debes saber que se te caerá mucho el pelo a los pocos meses de dar a luz. Es todo el pelo que no se te cayó durante el embarazo, esto será transitorio y es normal y fisiológico, no tiene relación con la lactancia materna ni con una carencia nutricional. Será necesario que alguien acerque a tu bebé a tu puesto de trabajo, que tú te desplaces a casa (infórmate sobre el permiso de lactancia) o que utilices un sacaleches. Cuando tu bebé cumpla 6 meses, el tiempo que paséis separados podrá tomar la alimentación complementaria. No es necesario entrenar previamente al bebé con biberones, te frustrarás al ver que no los quiere. No te preocupes, es listo y no pasará hambre cuando tú no estés, pero prefiere a mamá a una tetina sintética. Cuando realmente tenga hambre, comerá. Para hacer el cambio del pecho al biberón, pero reduciendo al máximo las interferencias con la lactancia materna, te recomiendo que uses el Método Kassing. Incluso hay niños que prefieren no comer nada mientras su mamá está en el trabajo y pegarse el festín en cuanto vuelve, enganchándose a la teta. Si quieres destetar, será el momento de hacerlo. La lactancia materna es cosa de dos y finalizará siempre que uno de los dos no desee continuar. Los pediatras indican una duración mínima de la lactancia, no máxima. Lo más valioso para una lactancia materna exitosa es una correcta información y apoyo de los profesionales y del entorno familiar. Aunque tengas suerte y tu lactancia sea muy sencilla, es más que probable que te lleguen consejos de personas desactualizadas que te puedan hacer dudar si no tienes los conocimientos adecuados. Cuando tu bebé esté pegando un estirón y veas que te pasas varios días dando teta, dando teta y dando más teta, tendrás que reorganizarte con alguien para que se encargue del resto de tus tareas. Un sillón adecuado o un cojín de lactancia te van a aportar confort, el sacaleches te servirá para estimular el pecho y crear un banco de leche en casa, la ropa de lactancia te facilitará amamantar fuera de casa, los discos de lactancia evitarán que vayas siempre con la ropa mojada de leche, una cuna de colecho te facilitará las tomas nocturnas… pero todo esto ocupa un lugar secundario respecto a la información y el apoyo. Especialmente al inicio, cuando todavía no tengas mucha soltura con la lactancia, procura no tener distracciones y amamantar en un lugar tranquilo, deja móvil y visitas a un lado. Te será de ayuda para aprender a manejarte mejor. En las webs de la IHAN o de La Liga de la Leche podrás encontrar direcciones de contacto de distintos grupos de lactancia en todo el territorio nacional. En estas reuniones se busca generar un clima de apoyo en base a las experiencias de otras madres y la ayuda de un profesional que guíe el grupo, ofrecen confianza y conocimientos sobre lactancia materna y muchos otros temas relacionados con la crianza, por lo que no solo van mamás con alguna dificultad para amamantar, sino con cualquier inquietud relativa a sus hijos. 1. Alonso Díaz J., Baeza M., Dalmau Serra J., et al. (2013) Guía práctica para padres desde el nacimiento hasta los 3 años. Asociación Española de Pediatría; dic. 13. https://enfamilia.aeped.es/ 2. World Health Organization. Breastfeeding. https://www.who.int/ 3. Mayo Clinic. (2022) Mastitis. https://www.mayoclinic.org/ 4. Devgire V., Hughes M. (2019) Raynaud’s phenomenon. Br J Hosp Med (Lond); Nov 2;80(11):658-664. PMID: 31707892. …. Si esta guía te ha resultado útil, te agradeceré mucho que la compartas haciendo clic en alguna de las redes sociales de abajo. 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Beneficios de la lactancia materna
¿Cómo dar el pecho?
Tomas: ¿Cuántas y con qué frecuencia?
Consejos de alimentación durante la lactancia
Superar dificultades en la lactancia
Preguntas frecuentes sobre lactancia
1. ¿Cuánta leche debe tomar mi bebé? y ¿cómo sé si come suficiente?
2. ¿Cómo saber si un medicamento, suplemento o cosmético es compatible con la lactancia?
3. ¿Cuánto tiempo y cómo puedo conservar la leche materna?
4. ¿Existe algún método para estimular la producción de leche?
5. El bebé que toma el pecho, ¿necesita beber agua?
6. Mi hijo no ha hecho «caca» en varios días, ¿está estreñido?
7. Mi hijo no para de llorar, ¿cómo sé si está sufriendo cólico del lactante?
8. ¿Es necesario tomar un extra de yodo durante la lactancia?
9. ¿Cómo puedo combinar lactancia y vuelta al trabajo si quiero seguir amamantando?
10. ¿Cómo sabré cuándo tengo que destetar a mi hijo?
Recomendaciones para tener una lactancia materna exitosa
Grupo de apoyo a la lactancia: qué es y cómo me puede ayudar
Bibliografía