Ahora tu bebé es ya un niño muy despierto. Desde el nacimiento, el cambio es abismal.
Es capaz de sostener su cabeza, girar en ambos sentidos, buscar el origen de un sonido, seguirte con los ojos, balbucear… Pero no adelantemos acontecimientos, ya hablaremos más profundamente de su desarrollo psicomotor más adelante.
¿Preparada? ¡Comenzamos!
¿Qué encontrarás en esta guía?
- 1 Crecimiento y peso del bebé de 4 meses
- 2 Relación del bebé con su entorno
- 3 Desarrollo psicomotor del bebé de 4 meses
- 4 La alimentación de tu bebé
- 5 El sueño del bebé con 4 meses
- 6 Estimulación y juego para un bebé en su cuarto mes
- 7 Citas médicas importantes para un bebé de 4 meses
- 8 Preguntas frecuentes sobre los bebés de 4 meses
- 9 Conclusiones
Principales retos de los 4 meses | |
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Vacunas Llega la segunda tanda de vacunación y, como en la primera, es normal que tu hijo se agobie o llore un poco. Pero recuerda que es solo un momentito y que lo que más le ayudará a tranquilizarse, es tenerte cerca. |
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¡A jugar! Tu bebé tiene mucha energía y necesitará actividad. Para ello, lo mejor es jugar con él y el suelo es el espacio ideal, ya que así puede desplazarse fácilmente y dar vueltas. Verás que, cuanto más tiempo de juego haga, más avanzará en su desarrollo psicomotor. |
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Morder ansioso Es muy posible que tu pequeño frote sus encías con todo lo que pueda y babee mucho. Aunque pueda parecer que es por la salida de los dientes, en la mayoría de casos no es así, ya que esto no sucede hasta más adelante. Prácticamente todos los bebés pasan por esta etapa y es normal, por lo que hay que tener paciencia y procurar no medicarlo, excepto que lo indique su pediatra. |
Crecimiento y peso del bebé de 4 meses
A los cuatro meses, los niños pesan entre 5,5 y 8 kg y las niñas entre 5 y 7,5 kg. El percentil 50 estará entorno a 7 kg para los niños y 6,5 kg para las niñas. En altura, los niños medirán unos 63,5 cm y las niñas, unos 62 cm.
Los pediatras siempre nos detenemos a explicarte que lo importante en tu bebé no es el peso o la talla puntual, sino su evolución a lo largo del tiempo.
Por ello, las visitas periódicas a tu pediatra son tan importantes.
Es ahí donde somos capaces de valorar si el crecimiento de tu hijo es el adecuado, al haber tenido la oportunidad de seguirlo mes a mes.
Bebés hay, como adultos, grandes y pequeños, más delgados o más gorditos y, sin embargo, todos sanos. De esta manera, un bebé que a los 4 meses pese 6 kg puede ser tan sano como uno que pese 7 kg si ambos mantienen su canal de crecimiento, es decir, si crecen acorde a cómo se espera de ellos basándonos en su evolución en el tiempo.
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Relación del bebé con su entorno
Con cuatro meses el bebé es un personaje más en escena. Participa de todo lo que ocurre a su alrededor.
Disfrutarás viendo cómo se ríe a carcajadas al verte o al hacerle cosquillas, cómo es capaz de tener casi una conversación en su idioma de bebé y responder a tus palabras y cómo trata de hacerse notar.
Ya te habrás dado cuenta de que tu hijo ahora difícilmente es capaz de quedarse tranquilo en su hamaca; busca continuamente interacciones contigo, que estés cerca… y no solo que estés, sino que quiere que le hables, que lo mires, que lo toques…
A esta edad, el bebé demanda juego y atención como lo hace un niño más mayor.
Desarrollo psicomotor del bebé de 4 meses
Es probable que tu bebé sea un experto del sostén cefálico, es decir, mantiene perfectamente su cabecita ya sea boca abajo o en tus brazos.
Disfruta de estar tiempo en el suelo contigo y trata de hacer fuerza con sus bracitos estando boca abajo para despegar la parte anterior del tórax del suelo. ¿Lo ves? Es como una tortuguita.
¡A jugar!
En estos meses es muy recomendable que cada vez dediques más tiempo al juego. Es buena idea tener una alfombra cómoda o un suelo de gomaeva sobre el que trabajar.
Recuerda, tu bebé será capaz de más cosas cuanto más tiempo pase de juego libre. Huye de largas horas de hamaquita y tírate al suelo con él. Cada día te mostrará nuevos avances.
Muchos tratan de voltearse, aunque difícilmente lo conseguirán aún. De este modo, si lo tumbas boca arriba, verás que lateraliza el tronco, aunque no llega a darse la vuelta. Igual ocurre al estar boca abajo.
Manos
Ya el mes pasado descubrió sus manos y lo apasionante de pasar minutos y horas mirándolas agitarse en el aire, llevándoselas a la boca… Esta relación con sus manos cada vez será más intensa.
Verás que se pasa gran parte del día con ellas en la boca: cierra los puños y los introduce con fruición, incluso hasta que le produce arcadas. Aún así, lo seguirá intentando, y es que… ¡Los bebés son muy tercos!
Encías
También, babeará en grandes cantidades y frotará sus encías contra todo. Y no, no es dolor. Y no, muy probablemente no haya una próxima erupción dental.
Además, si le acercas tu brazo para agarrarlo o cualquier objeto se convertirá en un bebé piraña y tratará de morderlo todo como si no hubiese un mañana.
Es frecuente que, ante semejante despliegue, las abuelas, los vecinos y casi cualquiera, empiecen a atribuir estos cambios a la erupción dental: “Está rabiando con los dientes”.
Y, sin embargo, están equivocados en un 90%.
Aunque hay niños que a los cuatro meses ya tienen algún diente, la mayoría no tendrá ninguno hasta varios meses después.
Sin embargo, este morder ansioso lo presentan todos los bebés a esta edad.
Es importante conocer esta fase normal del desarrollo de tu hijo para no caer en el error de medicar con analgésicos, usar geles para el “dolor” o demás remedios científicos, o no, para paliar la erupción dental.
En los siguientes meses te contaré qué hacer cuándo de verdad te encuentres ante su primer diente. Pero, hasta entonces, paciencia.
Piernas
Con cuatro meses tu bebé intentará apoyar el peso en las piernas mientras lo sujetas por las axilas sobre ti. Esto es una habilidad que irá perfeccionando poco a poco y, cuando menos te lo esperes, ¡ya estará de pie!
Y es que cuando comienzan a apoyar el peso en las piernas, es muy común que las abuelas os reprendan al grito de que eso puede dañar sus piernas o sus caderas. Nada más lejos de la realidad. Tu bebé puede mantener esa postura y, cuando se canse, flexionar las piernas para terminar con el ejercicio. Lo que sí es muy importante saber es que los tacatacas no son nunca recomendables. Aunque hablaremos de ello en los próximos meses, quiero que sepas ya que la Asociación Española de Pediatría recomienda no hacer uso nunca de este dispositivo porque sí puede dañar la deambulación del bebé y facilitar accidentes. Así que: no, abuelas, nada de tacataca. Y sí, abuelas, pueden apoyar libremente el peso en sus piernecitas. Debes consultar con tu pediatra si tu bebé: Sostiene la cabeza al tratar de incorporarlo. No gira la cabeza libremente a ambos lados. No es capaz de, estando boca abajo, apoyarse en los antebrazos y separar la parte anterior del tórax. No se sobresalta con los ruidos. No te sigue con los ojos. No se lleva las manos a la boca. Presenta un llanto continuo. No es capaz de atrapar objetos con sus manos. No trata de apoyar el peso en sus piernas al sujetarlo de pie. Tu bebé continúa siendo un lactante, e idealmente lo será de forma exclusiva hasta los seis meses. La lactancia continuará siendo a demanda y, como normal general, la mayoría suelen hacer tomas cada 3-4h. Incluso pueden hacer una pausa larga al día que quizás te permita descansar, ya que muchos bebés a esta edad pueden descansar ininterrumpidamente hasta 6h durante la noche. Es cierto que estas pausas largas son raras en los lactados exclusivamente al pecho, que mantendrán una política de “barra libre” de teta en la mayoría de los casos. Es muy frecuente que, a esta edad, la familia comience a impacientarse al grito de “¿Cuándo va a comer este niño?”. Quiero recordar que las sociedades científicas son unánimes al recomendar la lactancia materna de forma exclusiva hasta los 6 meses; y es más, si tu hijo está con lactancia artificial, no será necesario ni recomendable iniciar alimentación complementaria antes de los 6 meses. Quiero hablarte especialmente de los famosos cereales de cacito (cereales hidrolizados) de los que seguro has oído hablar y en los que a menudo insisten amigos y familiares como una promesa de mejor descanso. Los cereales hidrolizados son un ultraprocesado y hoy, que tanto nos preocupa la alimentación infantil, en nuestros congresos científicos se recuerda que estos son un producto innecesario (mientras haya lactancia, tu hijo estará bien alimentado) e, incluso, no recomendable dado su alto contenido de azúcares. Además, no solo no garantiza un mejor descanso nocturno, sino que puede empeorar el sueño al favorecer peores digestiones. No tengas prisa en darle cereales, ya lo harás. Y, además, de un modo mucho más natural y saludable, usando pastas, pan y arroces a partir de los 6 meses. Además, al medio año, tu bebé tendrá una mayor madurez a nivel psicomotor que le permitirá alimentarse de forma mucho más segura. Así que no tengas prisa. Todo llega. Por ahora, disfruta de la lactancia. Tu bebé dormirá entorno a 15 horas al día. Habitualmente realizará entre dos y cuatro siestas al día de entre 30 minutos y 1 hora de media, si son cuatro, y hasta 2 horas, si son dos. Más de la mitad de las horas de descanso suelen ser nocturnas. Estos datos son siempre orientativos y no cumplirlos a rajatabla nunca significa que algo va mal. Como tu pediatra examina cada mes a tu pequeño, te confirmará que todo marcha bien. Para establecer un buen hábito de sueño, debemos: Tu bebé aún dormirá contigo, en su minicuna o en colecho, según hayas elegido, y no será hasta los 6 meses cuando empecemos a hablar de la posibilidad de que tu hijo tenga su propio dormitorio. Recuerda mantener un entorno seguro para el sueño: Los cuatro meses son el inicio del juego con mayúsculas. Como hemos visto, el bebé puede mantener una postura boca abajo, con cierta pericia agarra objetos, balbucea, se ríe… Vamos a repasar algunos ejercicios que podemos realizar en familia: Podemos jugar al escondite, para ello, utilizaremos un paño o doudou que pondremos suavemente sobre su cara. Tu hijo, ya es capaz de agarrarlo y tirar de él para retirarlo. ¡Cucú-tras! Se reirá a carcajadas al descubrirte enfrente. También podemos, alternativamente, ocultarnos nosotros y dejar que retire el trapo y nos descubra. El sostén cefálico es casi perfecto y puedes empezar a entrenar el tono de la espalda. Para ello, sostenlo en el aire y súbelo arriba y abajo y muévelo hacia los lados. Verás como tensa la cabeza y el tronco. Es siempre un estímulo muy interesante. Podemos usar sonajeros o juguetes luminosos o con texturas distintas y pasarlos frente a él de arriba abajo, de un lado a otro, desde atrás hacia delante… Él los perseguirá con los ojos y calculará cuándo levantar las manitas para tratar de agarrarlo. Así, estará trabajando la persecución ocular y la motricidad gruesa. Ya comentamos el mes pasado que el juego con espejos es un genial estímulo a estas edades. Así, aunque no pueda reconocerse aún, sí jugará a perseguirse en el espejo, tratará de tocar la imagen reflejada y sentirá mucha curiosidad por ese nuevo “amigo” del espejo. Es posible que ya se voltee o bien que lo esté intentando. Puedes entrenar esta habilidad poniéndolo de ladino y viendo cómo él trata de girarse. Es importante a esta edad, y a todas, recordar la importancia de pasar tiempo al aire libre. Recibirá una enorme cantidad de estímulos nuevos: sonidos, olores, texturas… Déjale explorar sin miedo. Seguirás visitando a tu pediatra cada mes hasta los 12 meses de vida. Ahora el pediatra comprobará que tu hijo tiene un desarrollo pondoestatural adecuado (peso y talla) y que, a nivel psicomotor, alcanza los hitos de desarrollo propios de su edad. Aprovecha para preguntar todas tus dudas sobre alimentación y crianza. Estamos aquí para ayudarte, así que no tengas pudor en apuntar todas tus preguntas en una lista para no olvidar ninguna. A los 4 meses, quiero recordarte que toca la segunda tanda de vacunaciones del calendario, así que tendrás que pedir cita en tu centro de salud. Asimismo, a los 4 meses es posible que tu pediatra te haya recomendado seguir con la vacunación del rotavirus, de la que ya hablamos a los 2 meses. Se trata de una vacuna oral que previene las gastroenteritis moderadas graves que se producen por este microrganismo en los lactantes pequeñitos. Para las vacunas, te recuerdo la importancia de la tetanalgesia. No dudes en pedir que vacunen a tu bebé en tus brazos y, si lactas, al pecho. Esto calmará su dolor y hará más confortable el momento de la vacunación. Lo ideal sería mantener la lactancia, ya sea materna o artificial, de forma exclusiva hasta los 6 meses. Insistimos en ello porque, en el caso de lactancia materna, la teta es siempre la mejor opción a estas edades, y, en el caso de los bebés que toman biberón, también, ya que un bebé con un medro adecuado (si gana bien peso y talla) no necesita ningún otro tipo de alimentación hasta los 6 meses. Además, no hay que perder de vista que a nivel digestivo está mejor preparado a los 6 meses que ahora para digerir los nuevos alimentos. Y, a nivel psicomotor, será mucho más seguro y participativo alimentarlo cuando ya inicie la sedestación (cuando empieza a sentarse) y tenga una mejor motricidad fina. La respuesta es, en principio, no. Los cereales hidrolizados (de cacito) no son recomendables puesto que contienen gran cantidad de azúcares. Y es que aunque los que tú compres pongan “sin azúcares añadidos”, lo cierto es que en el propio proceso de hidrólisis del cereal se libera gran cantidad de azúcares. Estamos, por tanto, ante un producto ultraprocesado innecesario. Por otro lado, nunca recomendaría extraer leche materna para mezclarla con cereales hidrolizados para ofrecerla al bebe. Aprovecha la teta mientras puedas y quieras. No necesita nada más. A veces el exceso de calorías y azúcares de los cereales puede, paradójicamente, empeorar el descanso nocturno y provocar trastornos digestivos leves. Si aún así quieres ofrecer cereales a esta edad, puedes elegir cereales no ultraprocesados sin gluten como, por ejemplo, copos de avena. Te recuerdo que los cereales nunca deben añadirse en el biberón, sino que se añadirán a la leche y se ofrecerán con plato y cuchara. En el biberón: solo leche. Lo primero: “Que no cunda el pánico”. Si te toca incorporarte, quiero decirte algo muy importante: Todo irá bien. El momento de la vuelta al trabajo se te antojará un drama épico, pero te diré algo: aunque tú llorarás y patalearás, es muy posible que tu bebé apenas lo haga. Se acostumbrará, se adaptará y estará esperándote con muchísimas ganas de ti en cuanto regreses. Si estás lactando y quieres, continúa. Si en tu puesto de trabajo te permiten extraerte leche, llévate tu sacaleches y sigue haciéndolo al ritmo al que habitualmente mamaba tu bebé para que la producción no caiga. Lo importante es que puedas conservar la leche bien. Cuando estés en casa, sigue con lactancia materna a demanda. Nos será raro que tu bebé demande mucho más, ya que probablemente lleva todo el día pensando en ti y en la teta. Disfruta de tenerlo contigo y que viva la barra libre de teta. Cuando no estés, dependerá de cuántas tomas sean las que debe hacer sin ti. Si tienes tu propio banco de leche, pueden ofrecerle en biberón la leche que previamente te hayas extraído. Si no tienes leche extraída guardada, no pasa nada, se le puede dar lactancia artificial. O, incluso, a pesar de que lo ideal sería esperar un poco a que el bebé esté más maduro, ofrecer papilla de fruta o de cereales no ultraprocesados en tu ausencia, con idea de no introducir el biberón en su rutina. Quiero advertirte que existe la posibilidad de que los primeros días haga una pequeña huelga de hambre hasta que regreses, y que, en la mayoría de los casos, pasadas unas semanas acabará aceptando la nueva alimentación en tu ausencia. Te animo a disfrutar de la teta mientras estés y, cuando te incorpores, ya le darás las alternativas. A menudo queréis “probar” a dar biberones antes de incorporaros y suele ser un desastre, ya que el bebé toma mal en presencia de la mamá y acabáis agotadas y preocupadas pensando que, sin vosotras, nunca comerá. Pero lo hará. Pues lo cierto es que los fabricantes marcarán los 6 meses como edad adecuada para empezar a usar la sillita. No obstante, a los 4 meses, la mayor parte de los bebés ya no cabrán en el capazo y se aburrirán ahí tumbados. Parece seguro pasarlos a la sillita en la posición más recostada y con un correcto anclaje de los asideros. A los cuatro meses tu bebé empieza a ser un lactante grandote. Está conectado con su medio, balbucea, atrapa objetos, participa de juegos compartidos, casi puede voltearse, apoya peso en sus piernas… ¡Es un bebé mayor! Enhorabuena por esta maternidad maravillosa. No tengas miedo porque lo estás haciendo bien. Y, si tienes que volver al trabajo, recuerda que en casa o en la guardería tu bebé estará contento y cuidado, esperando a que regreses. El mes que viene hablaremos un poco más de los nuevos avances de tu bebé. Es probable que empiece a sentir curiosidad por la posición sentada, que grite como un loco y que incluso parezca responder a su nombre. ¡Nos vemos el mes que viene!Signos de alarma del desarrollo de tu bebé de 4 meses
La alimentación de tu bebé
Alimentación complementaria
Cereales
El sueño del bebé con 4 meses
Rutinas
Estimulación y juego para un bebé en su cuarto mes
Jugar al escondite
Entrenar el tono de la espalda
Atrapar un objeto
¡A jugar con espejos!
Empieza a voltearse
Salir a la calle
Citas médicas importantes para un bebé de 4 meses
Preguntas frecuentes sobre los bebés de 4 meses
¿Puedo darle cereales o fruta?
¿Si le doy cereales dormirá mejor?
¿Qué hago con la teta si me incorporo a trabajar?
¿Cuándo puedo cambiarlo a la sillita del cochecito?
Conclusiones
Desarrollo del bebé mes a mes
Mes 0
Mes 5
Mes 1
Mes 6
Mes 2
Mes 7
Mes 3
Mes 8
Mes 4