Las contracciones ya forman parte de casi todas tus noches
¿Qué encontrarás en esta guía?
Cambios en tu bebé esta semana
Tu bebé está preparado para venir al mundo: todos sus órganos están preparados para la vida exterior.
En estas últimas semanas simplemente está acumulando una capa de grasa bajo la piel que le ayude a mantener la temperatura de su cuerpo en el exterior cuando nazca.
La cantidad de líquido amniótico sigue disminuyendo.
Tus cambios físicos y emocionales
Puede que te sientas enorme e incómoda estas últimas semanas, deseando dar a luz para tener por fin a tu bebé en brazos, pero también para acabar ya con tanta molestia.
Las contracciones por la noche comienzan a ser habituales, incluso algunas, bastante intensas. Intenta tomarte las últimas molestias con tranquilidad: ve al cine, sal a cenar, sumérgete en un libro durante horas o queda a charlar con los amigos olvidándote del reloj, ¡piensa que no te resultará fácil hacer ninguna de estas cosas cuando llegue el bebé! Tampoco tendrás mucho tiempo para cocinar, sobre todo los primeros días tras volver a casa, de modo que puede ser buena idea dedicar algo de tiempo a preparar comida casera que puedes congelar para utilizar cuando no puedas o no te apetezca cocinar. Si tu embarazo tiene alguna complicación o tienes alguna enfermedad que requiera un control fetal más exhaustivo, en esta semana podrán mandarte una prueba llamada registro cardiotocográfico (RCTG), monitores, monitorización no estresante, test basal… Tumbada o sentada, te colocarán 2 cinturones elásticos para sujetar 2 sensores sobre tu abdomen. Uno registrará el latido de tu bebé y el otro, las contracciones que puedan aparecer. La prueba dura 20-30 minutos, no has de ir en ayunas, porque tu bebé se movería menos, tendrían que darte algo para tomar, como un zumo, y habría que alargar la prueba para que sea valorable. Pese a que hace unos años se realizaba sistemáticamente a todas las embarazadas a estas alturas del parto, hoy se sabe que no tiene ningún beneficio hacerla hasta la semana 40 en gestaciones normales. Si esta prueba saliera alterada, sería necesario realizar otras más para confirmar la pérdida de bienestar fetal (que es lo que antiguamente se llamaba sufrimiento fetal) antes de tomar la decisión de inducir el parto. La idea de “cuantas más pruebas, mejor” está muy extendida porque parece de respuesta bastante obvia: sí. Sin embargo, en contra de lo que la lógica nos pueda hacer pensar en un primer momento, no es así. En concreto, el RCTG tiene una tasa de falsos negativos el 1 al 5%, es decir, entre un 1 y un 5% de las pruebas realizadas con bebés con algún tipo de pérdida de bienestar fetal, salen perfectas. Sin embargo, lo que limita esta prueba es su tasa de falsos positivos, que es muy elevada: del 57 al 75% de las pruebas que detectan alguna posible alteración en el bienestar del bebé, realmente corresponden a niños sin ninguna alteración. El problema que esto conlleva es que se tiende a provocar partos de embarazadas y bebés perfectamente sanos, con las potenciales complicaciones que implica intervenir en el parto con fármacos en lugar de dejar que se desencadene y desarrolle de manera natural. La ventaja de ir a monitores es que pueden detectar que el bebé ya no está a gusto en el interior del útero, pero la desventaja es que en muchas ocasiones esa sospecha no es cierta, sometiendo finalmente a la mujer y su bebé a los riesgos de un parto provocado. Es por esto que la OMS y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia desaconsejan realizar el test basal a gestantes sanas que no hayan alcanzado la semana 40. Nota: este contenido ha sido redactado por Jade Magdaleno, matrona con años de experiencia asistencial y académica. Aún así, esta información nunca debe sustituir el seguimiento de tu embarazo por parte de tu médico.
Consejos para tu bienestar
Exámenes médicos y pruebas en la semana 38
Preguntas frecuentes
Aunque mi embarazo sea normal, ¿es mejor que me manden a monitores por si acaso? Más valdrá hacer pruebas de más que de menos, ¿no?¿Quieres saber más?