¡Uy! ¿es eso una contracción?
¿Qué encontrarás en esta guía?
Cambios en tu bebé esta semana
Los principales cambios que el bebé experimenta en la semana 30 son neurológicos.
¿Has visto cómo es el aspecto del cerebro humano?
Es una estructura que parece plegarse una y otra vez sobre sí misma, haciendo que en su superficie haya multitud de curvas con recovecos, llamadas circunvoluciones. Esta forma hace que la superficie sea mucho mayor que si fuera lisa.
En la superficie del cerebro se encuentra la corteza cerebral o córtex, más conocida como “materia gris”, que es la encargada de las funciones superiores: la percepción, el pensamiento, la imaginación, la capacidad crítica y de decisión, la memoria, el lenguaje, la atención, la habilidad numérica o el sentido artístico y musical dependen de ella.
Al comparar los cerebros humanos con otros más grandes de otros animales, cabría esperar que, a mayor tamaño cerebral, mejores serían todas estas funciones, pero no es así, ¿dónde está entonces la diferencia? ¡Bingo! En las circunvoluciones.
La superficie del cerebro de otros animales más grandes es mucho más lisa, por lo que la cantidad de materia gris es mucho menor.
Es a partir de ahora cuando el córtex de tu bebé empieza a desarrollar una gran cantidad de circunvoluciones cerebrales.
Tus cambios físicos y emocionales
A estas alturas del embarazo es normal sentir contracciones irregulares en el útero de unos 30 a 60 segundos de duración.
Por el momento deben ser poco frecuentes e indoloras, no deben asustarte haciéndote creer que vas a ponerte de parto, porque lo normal y habitual es que transcurran todavía muchas semanas hasta que llegue ese momento.
Sentirás que tu útero se pone de pronto duro como una piedra y poco a poco va recuperando su tono previo. Suele ponerse más duro por la parte más alta.
En estas últimas semanas tal vez hayas descubierto que te han salido en el cuello, las axilas o el pecho unas pequeñas verruguitas del mismo color que la piel. Se llaman fibromas blandos o acrocordón, son benignos y, aunque pueden aparecer en cualquier momento, las hormonas del embarazo favorecen que crezcan. No duelen ni pican, pero si te resultan antiestéticos puede eliminarlos un médico de forma sencilla tras el parto. Los lunares con superficie elevada, también se agrandarán durante el embarazo. Si no lo has hecho ya, es el momento de plantearte elaborar un plan de parto. El plan de parto es tu voluntad en el momento del nacimiento. Ese día lo mejor para el proceso del parto es dejarte llevar, eliminar todas las distracciones innecesarias. Sí, es fácil decirlo, pero no tan fácil de llevar a la práctica… es por ello que se aconseja elaborar un escrito donde valores de antemano tus preferencias: También es importante que sepas que todo lo que en él redactes, lo puedes revocar, es decir, si tu intención es tener un parto natural y durante este cambias de opinión y quieres ponerte la epidural, tu simple palabra prevalecerá y te la pondrán. Eres libre de cambiar de opinión tantas veces como decidas, ¡es tu parto! Hay mujeres que escogen hospitales para dar a luz cuyos protocolos cumplen todos sus deseos y no entregan ningún plan de parto. Legalmente es válido cualquier plan de parto que quieras redactar, pero el Ministerio de Sanidad tiene a disposición de quien lo quiera una plantilla muy útil para ir rellenándola. Te será de ayuda también consultar con tu matrona todas las dudas que te vayan surgiendo, tal vez antes de leer un plan de parto jamás te hubieras planteado algunas decisiones. En este enlace podrás descargar la plantilla del Ministerio de Sanidad para tu plan de parto. Si tu embarazo es normal, no te toca ninguna prueba médica. Cuando vayas a la consulta tal vez comiencen a realizarte las maniobras de Leopold. Verás que la matrona o el ginecólogo te palpan el abdomen, intentando saber así cómo está colocado tu bebé: de nalgas o de cabeza y con la espalda hacia la izquierda, derecha, tu abdomen o tu espalda. Estas maniobras les ayudan a encontrar su espalda, ya que es donde se debe colocar el sensor para escuchar mejor su latido cardiaco. Generalmente se suele decir “si dudas si esas contracciones son o no de parto, es que no lo son” porque es cierto que lo habitual es que las contracciones de parto sean infinitamente más molestas (o incluso dolorosas). Las de parto suelen obligarte a detenerte si vas caminando, las de Braxton-Hicks no. No obstante, hay algunos casos en los que una amenaza de parto prematuro cursa con contracciones muy poco molestas o nada molestas para la mujer, hay que tener en cuenta también que el umbral del dolor y la tolerancia a este de cada mujer son únicos. Las contracciones que alertarían de una amenaza de parto prematuro son más frecuentes, las de Braxton-Hicks no exceden de 4 o 5 cada hora y si te sientas o te tumbas y permaneces en reposo, suelen remitir. Nota: este contenido ha sido redactado por Jade Magdaleno, matrona con años de experiencia asistencial y académica. Aún así, esta información nunca debe sustituir el seguimiento de tu embarazo por parte de tu médico.
Consejos para tu bienestar
Exámenes médicos y pruebas en la semana 30
Preguntas frecuentes
Si no me he puesto de parto nunca, ¿cómo sé si las contracciones que tengo son de Braxton-Hicks e inofensivas o me enfrento a una amenaza de parto prematuro?¿Quieres saber más?