Nunca olvidaré, estando en una unidad de neonatos, cómo una mamá reconocía aliviada que era capaz de valorar algo positivo en el ingreso de su bebé… y era que allí el personal de enfermería le echara una mano para bañar a su hijo. Cuando le dieran el alta en pocos días, ¡se verían solos ante tal hazaña en casa!
¿Tienes temores? No te preocupes que te lo cuento todo para que no te queden dudas. Vayamos paso a paso.
¿Qué encontrarás en esta guía?
Cuándo bañar a tu bebé por primera vez
Antes de bañar a tu bebé, posiblemente tengas alguna de estas dos dudas clave:
- ¿Es malo bañar a un recién nacido? Los bebés nacen con una capa de grasa sobre su piel, llamada vérnix caseosa. Su función es ayudarle a mantener la temperatura y evitar infecciones en la piel, la nutre y previene la descamación. Además, permite una mejor adaptación cutánea al exterior del útero.
- ¿Qué pasa si se moja el cordón umbilical? El cordón tarda 1 o 2 semanas en caerse y siempre se aconseja mantenerlo seco.
Respondiendo a ambas cuestiones, es por ello que se desaconseja bañar al bebé en las primeras 24h de vida, hasta que desaparezca la vérnix. El cordón puede mojarse, incluso sumergirse en agua. De hecho, es indispensable mojarlo para mantenerlo limpio y evitar infecciones. Lo importante es, al finalizar la limpieza, dejarlo bien seco.
Qué tipo de baños puedo dar a mi bebé
No bañar a un recién nacido no implica que permanezca sucio. Por ejemplo, si se mancha de sangre en el parto o cesárea, puede limpiarse esa zona con la ayuda de una gasa, muselina o toalla humedecida en agua cálida. Es importante no frotar en exceso, puesto que su piel es delicada y no queremos eliminar la vérnix protectora.
Si hablamos de baño en bañera, puede ser un mero trámite para limpiar al bebé o aprovechar ese momento, alargándolo, buscando relajación, cuando es más pequeñito, o un divertido momento de juegos, si ya es más mayor. Precisamente con los más bebés, se aconseja el baño a última hora del día para facilitar ese relax previo a irse a dormir.
Con qué frecuencia debo bañar a mi hijo
¿Está sucio? Toca bañarle. Pero la duda surge cuando no está sucio, es más, huele deliciosamente a bebé, ese olorcito que no se te va a borrar de la memoria en tu vida. ¿Se le debe bañar?
Olvidemos “debes”, no hay evidencia científica que indique la frecuencia del baño, así que nadie va a poder darte una frecuencia “obligada”. Las recomendaciones van de bañarlo a diario a hacerlo un par de veces por semana.
A los peques les encantan las rutinas, les ayudan a comprender su día a día. Si el baño forma parte de los preparativos previos a dormir, es posible que notes, si no le bañas, que le cuesta más relajarse… ¡o tal vez no! Cada niño es diferente, lo mejor es que observes qué prefiere tu hijo. Cuando es más mayor, es posible que quiera baño diario porque se lo pasa genial con sus juguetes y las pompas de la espuma
Cómo bañar a un bebé
Los pasos a seguir para bañar a tu bebé no tienen mucho misterio. Probablemente te veas con inseguridad los primeros días y después pase a ser algo rutinario y muy disfrutado por ambos:
- Al quitar el pañal, limpia bien culete y genitales, para que el agua del baño no se ensucie.
- Utiliza, si quieres, un gel o aceite adaptado a su edad y limpia su cuerpo acariciándolo. Es mejor usar la mano que esponjas, puesto que son un foco de microorganismos poco higiénico.
- Para lavar la carita, no deben meterse bastoncillos en la nariz, ni los oídos. Utiliza gasas y, en los ojos, una diferente para cada uno, mojadas en suero fisiológico.
- Deja la cabeza para el final. Su superficie es muy grande y, mantenerla mojada todo el baño puede hacer que tu bebé pierda calor.
- Puedes apoyar la toalla sobre tu hombro, dejándola caer por delante de tu cuerpo como si fuera un delantal. Saca a tu bebé con cuidado de que no se resbale y abrázalo con la toalla, pegadito a tu cuerpo para secarle.
- Si tu bebé tiene mocos, aprovecha a hacerle lavados nasales ahora.
Consejos de seguridad y bienestar para bañar a un bebé
Si debo resumirte todo en 2 consejos imprescindibles, (y obligatorios, me atrevería a decir), serían:
- Ten todo preparado y a mano previamente: bajo ningún concepto debes descuidar a tu bebé, basta un segundo para que se gire y se sumerja por completo, con el riesgo que ello puede suponer. Si te has dejado algo fuera del baño y nadie te lo puede traer, te tocará salir a por ello llevando al bebé. Sí, a casi todas alguna vez se nos ha olvidado la toalla fuera y hemos arropado al bebé con nuestra propia ropa al ir a buscarla, dejando todo empapado. Son cosas que pasan… Pero más vale mojarlo todo que cometer una imprudencia.
- Vigila la temperatura del agua y del ambiente: cuando estamos mojados, perdemos más calor. Tu bebé, especialmente si es muy chiquitín, todavía no regula su temperatura corporal a la perfección, así que está más expuesto a enfriarse. Mantén el cuarto de baño cálido, a 22-25ºC, y el agua, a su temperatura corporal, unos 37ºC, para evitar que se enfríe. Es muy recomendable contar con un termómetro, porque, al tacto, la percepción de la temperatura puede ser muy subjetiva. Hay un par de modelos que suelo recomendar porque son baratos y fiables, como el de Philips Avent y el de Babyono. Nunca metas a tu bebé en el agua sin comprobar que no quema, ni está fría.
Cuál es el mejor tipo de bañera para bebés
Hay muchos tipos de bañera que cubren las necesidades de cada familia: con patas para no tener que agacharse en la bañera, las clásicas que se meten dentro de la bañera de adultos, con cambiador incorporado, plegables o hinchables, perfectas para viajar.
Puedes sujetar por la espaldita a tu bebé, agarrándole bajo la axila y apoyando su cabeza en tu antebrazo, mientras con la otra mano le lavas el cuerpo, pero venden asientos-hamacas que sirven para apoyarle dentro del agua. Me parecen fantásticos y realmente cómodos, puesto que te dejan mayor libertad en ambas manos. Eso sí, cuidado con la falsa sensación que pueden dar de que, con su uso, no hace falta tanta supervisión. Jamás dejes a tu bebé en la bañera sin vigilancia.
La elección va a depender, en gran medida, del espacio que se disponga y el desembolso que se desee hacer. No hay una bañera que sea mejor por igual para todo el mundo porque cada uno tiene sus preferencias.
Conclusiones
El momento del baño del recién nacido es, probablemente, uno de los que mayor temor suscitan al volver a casa del hospital.
Da la sensación de que son muchas cosas a preparar y tener en cuenta para que todo salga bien, pero acabará volviéndose muy rutinario y, cuando te quieras dar cuenta, lo harás con absoluta soltura. Eso sí, aunque te desenvuelvas de maravilla ya, no descuides nunca las medidas de seguridad y confort.
Cuidar de la higiene de tu bebé terminará siendo un momento de vínculo y diversión para ambos.
Bibliografía
1. Organización Mundial de la Salud. Recomendaciones de la OMS sobre cuidados maternos y neonatales para una experiencia posnatal positiva: resumen ejecutivo. https://iris.who.int
2. Clínica Universidad de Navarra (2023) Vernix caseosa. Diccionario Médico; https://www.cun.es/
3. Valls Arévalo, A. (2019) Los lavados nasales: qué son y cuándo deben realizarse. Sociedad Valenciana de Pediatría; https://socvalped.com/
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