El paso a los 6 meses ha supuesto un cambio muy importante.
Repasando, ahora tu hijo ha modificado su dieta, diversificándola. No ha abandonado, ni lo hará, la leche, que seguirá constituyendo la base de su alimentación, pero progresivamente ha ido incorporando nuevos alimentos.
Además, casi es capaz de mantenerse sentado él solito, por lo que las actividades que podéis hacer juntos se multiplican.
Disfruta de charlar contigo en su idioma y, cada vez, está más abierto a explorar el mundo.
¿Quieres ver cómo sigue avanzando? ¡En marcha!
¿Qué encontrarás en esta guía?
- 1 Crecimiento y peso del bebé de 7 meses
- 2 Relación del bebé con su entorno
- 3 Desarrollo psicomotor del bebé de 7 meses
- 4 La alimentación de tu bebé
- 5 El sueño del bebé con 7 meses
- 6 Estimulación y juego para un bebé en su séptimo mes
- 7 Citas médicas importantes para un bebé de 7 meses
- 8 Preguntas frecuentes sobre los bebés de 7 meses
- 9 Conclusiones
Principales retos de los 7 meses | |
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Más independencia Aunque siempre serás su referencia, el bebé empezará a ser más independiente, a seguir su curiosidad e incluso se entretendrá solo. Y es que ya no es un bebé tan pequeño como antes. |
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Mascotas A partir de ahora será tu hijo el que mostrará más interés por otros seres vivos, especialmente por aquellas mascotas que conviven con él y las buscará para jugar juntos. Su lazo de unión será tan importante, que puede que su primera palabra sea el nombre de vuestra mascota. |
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Gatear Es posible que, una vez mantenga la estabilidad al estar sentado, tu bebé empiece a gatear. Cuantos más estímulos tenga para hacerlo, más rápido lo logrará, como al perseguir a vuestras mascotas. |
Crecimiento y peso del bebé de 7 meses
Con siete meses, los bebés pesan entre 8 y 9.5 kg los niños y entre 7.5 y 9 kg las niñas. El percentil 50 estará en 8.5 kg para los niños y en 8 kg para las niñas.
En longitud, la media estaría en torno a 69 cm en los niños y 67.5 cm en las niñas.
A esta edad, ganan de media 400 gramos al mes.
Repito, como siempre, que habrá bebés que ganen mucho más peso y otros que ganen menos y es totalmente normal. Por eso, el peso es solo un dato, una foto de un momento puntual que nos dirá más bien poco o nada sobre la salud del niño si no tenemos en cuenta su constitución y su evolución.
Tu pediatra, que es quien os conoce y hace el seguimiento de la curva de crecimiento de tu hijo, sabrá decirte si la ganancia es o no adecuada y si se debe hacer algún cambio.
Por muchos motivos, puede que un mes exista un estancamiento ponderal (escasa ganancia). Después de asegurarse que la alimentación, el comportamiento y el desarrollo de tu bebé es normal, tu pediatra te calmará y posiblemente te indicará esperar y ver cuál es la ganancia el mes siguiente.
El peso es un parámetro que, a menudo, a las mamás les obsesiona. ¿Es tu caso? Si es así, respira hondo y mira a tu bebé.
¿Es feliz? ¿Crece? ¿Sonríe? ¿Sus heces son normales? ¿Hace todo lo que se espera de él a su edad? Si es así, ¡genial! Tienes un niño sano.
Así que no pierdas ni un segundo en preocupaciones sin importancia. Y si aún así tienes dudas, habla con tu pediatra, que somos expertos en tranquilizar.
Ir a la calculadora de percentiles
Relación del bebé con su entorno
A los 7 meses, tu bebé es un niño que empieza a ser algo más independiente. Es como si empezase a ver el mundo de alrededor que existe al margen de ti, mamá.
Así, aunque tu hijo seguirá buscándote a cada momento, por primera vez verás que se lanza a nuevas aventuras.
Notarás cómo pasa largo rato entretenido con un mismo objeto: lo coge, lo muerde, lo lanza, lo agita… ¡Ha descubierto que puede influir en su entorno!
Relación con mascotas
De la misma forma, en su entorno encontrará otros seres vivos.
Si tienes un perro o gato en casa, se multiplicarán las atenciones que el bebé le dedica.
Aprovecho para comentarte que la interacción de los niños con los animales es siempre beneficiosa.
Y es que, a pesar de que hay padres que deciden no adoptar un animal o, incluso, deshacerse de él cuando empieza el embarazo, lo cierto es que convivir con un animal va a tener efectos maravillosos para el pequeño.
Así, sabemos que tener una mascota en casa disminuirá el riesgo de padecer alergias, asma o dermatitis atópica.
Y es que la exposición a la flora de perros y gatos acabará ejerciendo un papel protector frente a estas dolencias al producirse el llamado “efecto granja”.
Además, y a esto quiero referirme especialmente en este mes, a medida que tu niño adquiera habilidades motoras, pondrá todo su empeño en interaccionar con sus amigos animales.
Los perros y gatos suelen andar cerca y a su altura, por lo que no es raro que sea precisamente persiguiéndolos como tu hijo comience a gatear.
Es posible, además, que comience a tener un balbuceo particular con tu mascota, algo así como un idioma secreto para hablar con él.
No es raro que, cuando sea algo más mayor, una de sus primeras palabras sea precisamente el nombre del perro o del gato. Y es que, al fin y al cabo, es su primer amigo.
Pero no te preocupes, también le interesan las personas, pero es selectivo, eso sí.
Relación con otras personas
A los bebés no le gustan todas las personas, igual que no a todas las personas les gustan los bebés.
Verás cómo se siente más cómodo con aquellos que:
- Se acercan de forma suave y tranquila.
- No usan voces estridentes ni movimientos bruscos.
- Le hablan en tono relajado y mirándole a los ojos.
Es curioso cómo tendemos a usar vocecillas extrañas para hablar con los niños, y eso, si es muy exagerado, puede resultarles perturbador.
Desarrollo psicomotor del bebé de 7 meses
¿Cómo lleva la sedestación? ¿Tu peque ya se sienta?
A los seis meses el bebé se inicia en la sedestación y, si bien la mayoría aún no lograban sentarse de manera estable, a los 7 meses muchos serán capaces de mantenerse sentados en una trona.
Este salto madurativo os va a permitir avanzar en muchas áreas. Podrás reconfigurar los juegos y el modo en que lo alimentas, por ejemplo.
Puede que, sin embargo, tu bebé aún no esté del todo estable en la trona. Tranquila, puedes ayudarle ejercitándolo.
Como siempre te digo cuando hablamos de desarrollo, debes permitir que tu bebé tenga tiempo de juego libre para que vaya explorando sus límites.
Pero si te preocupa que aún no llegue a sedestar de forma estable, ponte manos a la obra.
Siéntate en el suelo con tu hijo. Permítele que, al principio, el ejercicio no sea perfecto y que la sedestación que logre sea solo en la postura de trípode.
En un inicio, puede que tu bebé parezca más un pequeño gorila, inclinado hacia delante y con sus puños apoyados en el suelo.
Insisto, de nuevo, que no será perjudicial para él mantener estas posturas siempre que las adquiera y las mantenga de forma voluntaria. No lo fuerces, pero sí puedes acompañarlo en sus avances.
Debéis contar ya con un espacio para el juego en el suelo, un lugar confortable, calentito y seguro.
Si tu bebé ya sedesta estable, incluso en el suelo, el siguiente paso serán los giros, alcanzar objetos estando sentado, moverse y, sin embargo, mantener la estabilidad. Más adelante descubrirás en este mismo artículo qué nuevas tareas y juegos podrás realizar con él. A esta edad, muchos bebés se inician en el gateo. De nuevo, recuerda que esto es muy variable y los tiempos de desarrollo de cada niño son distintos y no por ello constituirán motivo de alarma. Como ya te conté el mes pasado, hay niños que no logran ponerse a cuatro patas y, sin embargo, empiezan a adoptar posturas que les permiten reptar para desplazarse. Otros prefieren rodar y otros quedan parados boca abajo, estirando los brazos esperando que los objetos que quieren alcanzar se vean atraídos hacia ellos mágicamente. Los que sí que comienzan a ponerse a cuatro patas, están en el primer paso para lanzarse al nuevo hito de desarrollo, el gateo. A veces, permanecen días a cuatro patas sin lanzarse a intentar desplazarse, y es normal. Acompáñalo, trata de llamarlo, de colocar objetos atractivos cerca para ver si se lanza. Después, puede que, cuando al fin decida moverse, lo haga con un gateo muy raro. Es frecuente que en consulta las mamás y papás preguntéis si es normal que el bebé gatee hacia atrás, solo desplazándose lateralmente o, a veces, hacia delante pero dejando una pierna atrás… Pues bien, ¡todos estos modos de desplazamiento primitivos son perfectamente normales! Finalmente, si sigues dedicándole tiempo, acabará realizando un gateo efectivo hacia delante. También, quiero decirte que no todos los niños gatean. He detectado que esta es una preocupación frecuente de las mamás y es que muchas han leído que lo fisiológico es que el bebé se siente, que luego gatee y que después se ponga de pie y camine. Pues bien, no es del todo cierto, y es que hay bebés que nunca gatean. Lo importante será saber si tu bebé no gatea porque directamente ha tenido más interés en mantenerse de pie agarrado, y probablemente caminará pronto, o si no gatea porque no se le está dando la oportunidad de hacerlo. Así que vuelvo a lo mismo: lo mejor es que tenga cuanto más tiempo de suelo, mejor. El afán de sobreprotección a veces lleva a que encuentre en consulta niños de 6 meses que nunca están en el suelo, e igual ocurre con algunos más mayores. Desde los 4 meses, os insisto en el suelo como un escenario más de juego, aprendizaje y desarrollo. Si no permites a tu hijo trabajar en el suelo, difícilmente gateará. Por otro lado, como comentaba, hay bebés que, a pesar de las oportunidades, nunca pasan por el gateo. No será un problema. Tengo pacientes que no han gateado pero que con 8 meses habían aprendido a mantenerse sobre las piernas agarrados a algo y podían desplazarse de este modo. Es poco habitual que estos bebés vuelvan al suelo para intentar el gateo, y eso no será nunca un signo de mal desarrollo. Simplemente, han encontrado otra manera para desplazarse que les resulta más útil. Es cierto que el aprendizaje progresivo sedestación-gateo-caminar le permite a tu pequeño ir familiarizándose con el medio y las propias capacidades de un modo progresivo. Probablemente, pasar por la fase de gateo le ayude a tener más claros los movimientos que puede realizar en el espacio y en el momento en el que se ponga de pie. Así, debes facilitar a tu hijo la oportunidad de iniciarse en el gateo, siempre respetando sus propios tiempos y asumiendo que puede que nunca lo haga. Si tu bebé ya gatea, cuidado, porque ahora es capaz de desplazarse solo y a veces a gran velocidad. Tendrás que adaptar el medio a él. Revisa todo lo que ahora ha quedado a su alcance: puertas de alacenas, aparadores, enchufes, estanterías… ¡Ahora sí que empieza la aventura exploradora del bebé! Son datos de alarma y debes consultar con tu pediatra si tu bebé: No se sobresalta con los ruidos. No te sigue con los ojos. Presenta una desviación de uno de los ojos (estrabismo), ya sea intermitente o fija. No se ríe a carcajadas. No grita. No balbucea. Siempre tiene los puños cerrados con los pulgares incluidos. No es capaz de agarrar un objeto con una mano y cambiarlo de mano. No empieza a mantenerse en la postura de trípode. Presenta un llanto continuo. Parece no reconocerte. No trata de apoyar el peso en sus piernas al sujetarlo de pie. El mes pasado ya hablamos de la alimentación complementaria y cómo la mayoría de los niños se iniciarán en ella a partir de los 6 meses. No obstante, te comenté una salvedad. Y es que era posible que algunos bebés no hubieran adquirido a esa edad las habilidades necesarias para empezar a comer sólidos. Por ello, estos niños podían empezar con la alimentación de mayores algo más tarde. Pues bien, a los siete meses, la mayoría estarán preparados para comer algo más que leche. Así que ahora prácticamente todos ya deberían tener una alimentación complementaria. En el mes anterior ya explicamos qué alimentos podían darse a estas edades y dijimos que casi era más sencillo saber qué no pueden comer, puesto que ingerir una gran cantidad de alimentos. si quieres echar un vistazo a la información detallada de los alimentos que pueden comer a esta edad, la encontrarás aquí. Elijas la modalidad que elijas, debes alimentar a tu bebé con seguridad, en una postura erguida y en su trona. No es seguro alimentarlo en brazos, en las rodillas y, mucho menos, mientras caminamos. Comer es un acto que se repite varias veces cada día, así que es fundamental que sea un momento de disfrute y que no se convierta en un problema. Esto dependerá más del ambiente creado en torno al momento de la comida que del niño en sí. Como ya he recalcado siempre que hablamos de alimentación, cada niño, como cada adulto, comerá de acuerdo a sus necesidades. Tu hijo no comerá lo que tú estimas adecuado, ni lo que la abuela cree suficiente… a veces ni siquiera lo que un médico te ha indicado que era oportuno. En lo que a cantidad se refiere, el niño se guiará por sus señales propias de hambre y saciedad. De este modo, un niño sano, que tiene un medro adecuado y un desarrollo psicomotor normal, siempre estará comiendo suficiente, por más que no te lo parezca a ti o a cualquier otro observador externo. Con esto quiero dejar claro que no existe una cantidad obligada y que jamás debes forzar al niño a comer cuando ya no tiene hambre. Tampoco hay que “entretener” durante las comidas. Comer debe ser un acto consciente y voluntario, disfrutado. No debemos agarrar al niño para que coma, cerrarle la boca o abrirla a la fuerza, usar pantallas, bailes o mejunjes extraños para lograr una cucharada más… Si tu hijo está sano, por favor, no inicies una cruzada en las comidas que solo acabará consiguiendo que el bebé relacione el momento de la alimentación con una guerra. Este mes quiero dedicarme más profundamente a hablarte del baby led weaning (BLW), lo que se conoce como “alimentación guiada por el bebé”. Lo que establece este método es la eliminación del paso intermedio de los purés. De esta forma, un niño que se inicia en la alimentación complementaria con BLW lo hará en trozos desde el inicio. Ante esto, las mamás suelen decirme “Es que mi hijo no tiene dientes” y yo siempre respondo “Tranquila, no es necesario que tengas dientes para empezar a comer alimentos más sólidos”. Gran parte de los alimentos que le vas a ofrecer, pueden procesarse perfectamente sin dientes. Y, los que no, los presentarás de modo que puedan comerse sin necesidad de dientes. Al comer, empleamos los dientes principalmente para cortar, cosa que puede no ser necesaria con determinadas texturas que podrán trabajarse perfectamente con las encías, la lengua y el paladar. Una vez resuelta la duda de la ausencia de dientes, tendrás que decidir si tu bebé está preparado para comer en trozos. ¿Qué es lo que debes tener en cuenta para saber si tu hijo puede comer trozos? Tu bebé debe: Si cumple con estos ítems, puedes plantearte empezar con la comida en trozos. Para ello, lo más importante es garantizar su seguridad de la siguiente manera: Será muy importante garantizar que estás ofreciendo una dieta completa y equilibrada y deberás poner especial atención en los alimentos ricos en hierro. Recuerda que, a menudo, un niño debe exponerse hasta 10-15 veces al mismo alimento para acabar comiéndolo. Si te interesa este método, no dudes en informarte y en buscar un pediatra que te acompañe en este proceso. A los 7 meses, los bebés duermen en torno a 14 horas al día y, a menudo, el sueño diurno se reduce a 2 o 3 siestas de entre 1 y 2 horas. Si continuas teniendo una política de barra libre de pecho durante la noche, es muy probable que aún duermas con tu bebe en colecho y que este se alimente en modo self-service varias veces. Esto es perfectamente normal. Si no das el pecho, es muy probable que tu bebé ya duerma de un tirón hasta el día siguiente. El modo de dormir es siempre una elección de la familia. Nunca un colecho será malo o bueno. Si la familia descansa y está bien, será la opción perfecta. En cambio, si no se logra el descanso, podrán buscarse alternativas. El sueño es uno de los pilares básicos de la crianza y de la salud, no solo del bebé, si no, del núcleo familiar. Si tienes dudas sobre ello o quieres implementar cambios y no sabes por dónde empezar, pide cita con tu pediatra para que te guíe y te acompañe en este proceso. Si ya el mes pasado te hablaba de ensuciaros al jugar, este mes le doy una vuelta al concepto y te propongo que uses materiales que sean comestibles. ¿Qué te parece hacer montañas con pan rallado? ¿Cómo te suena jugar a aplastar copos de avena? Lo bueno de estos juegos es que que os permitirán experimentar con texturas sin miedo a que tu hijo se lleve el material de juego a la boca. Para que tu bebé experimente cómo los objetos permanecen en el espacio aunque no los vea, puedes usar las cajas de permanencia Montessori o similares. Estas cajas permiten introducir una pelota en su interior, de modo que se pierda de vista, y luego recuperarla al abrir el cajón. Esto demuestra al bebé que los objetos existen aunque no los vea. Si tu hijo ya gatea, es buen momento para perseguir objetos o seres en movimiento. Puedes atar una cuerda a un juguete y trasladarlo por la habitación hasta que el bebé se lance a por él. Si tenéis mascotas en casa, no te hará falta nada más, porque seguro que tu bebé pasará gran parte del día tratando de alcanzarla. En el suelo, nunca sobre una cama, sienta al bebé e invitalo a mantenerse en equilibrio. Ponte frente a él y juega a empujar una pelota sobre el suelo. Si tu hijo ya es un experto en sedestación, verás que empieza a abandonar la postura segura y se moverá para coger la pelota. Podrá desestabilizarse levemente, o incluso volcar (por ello te insto a hacerlo en el suelo protegido por una alfombra), pero poco a poco irá perfeccionando la técnica hasta conseguir girarse sin caer. Es extraordinario observar la emoción que les provoca el estallido de decenas de pompas de jabón volando al mismo tiempo. Se reirá a carcajadas y tratará de agarrarlas. Usa papeles con distintas texturas, colores y grosores. La idea es tocarlos, agitarlos, rasgarlos… así se estimula vista, tacto y oído. A tu bebé le encantará ver como el papel se pliega, se arruga y se rompe. Tu hijo balbucea a todas horas, ¡síguele el ritmo! Háblale, cántale, contesta a sus balbuceos. Es un ser social y busca continuamente tu atención. Seguirás visitando al pediatra cada mes hasta los 12 meses de vida de tu bebé. A los 7 meses, el pediatra, como siempre, pesará y tallará a tu hijo, pondrá especial atención a cómo se ha iniciado la alimentación complementaria: cómo tolera las nuevas texturas, las posibles dificultades que hayan surgido y cualquier otra duda que tengas. Primero, ¿cuánto es poco? Y es que ya hemos repetido que tu hijo comerá acorde a sus necesidades. Si esa cantidad te parece poca pero él gana peso y talla y presenta un desarrollo normal, entonces es más que suficiente. Por otra parte, la alimentación es complementaria. Esto significa que la leche continúa siendo el principal alimento a esta edad, por lo que seguiremos acudiendo a ella para completar la dieta. Si has elegido un BLW, es posible que dar algo de leche, ya sea teta o biberón, antes de la comida entera, permita al bebé llegar más tranquilo a las comidas y concentrarse más en esa tarea. A partir de los seis meses se considera que el riesgo de muerte súbita es mucho más bajo porque el bebé es capaz de voltearse, apartarse un objeto de la cara y llamarte si te necesita. Esto, unido a que seguramente a esta edad tu hijo duerma la noche completa, hace posible plantearse el cambio a su propio dormitorio. Recuerda que esta es una decisión tomada en familia, valorando pros y contras, y que nunca nadie podrá decirte qué es lo mejor. Pues poder, puedes, pero no te lo recomiendo. Si lo que estás buscando es que tu hijo pruebe texturas, entonces, adelante, ¡hazlo! Prepara los alimentos tal como indica el método BLW y déjale experimentar con seguridad. Los alimentadores no son demasiado higiénicos y, además, no permiten morder el alimento, sino que más bien lo machacan. A mi parecer, no plantea ventaja alguna frente a la dieta triturada y, aparte, es un elemento que puede contaminarse. Con 7 meses, tu hijo ha crecido muchísimo, no solo a nivel físico sino también a nivel psicológico, motor y emocional. No olvides darle pequeños espacios de “independencia”, dejarle gatear, ensuciarse, equivocarse, tener pequeños tropiezos… solo de este modo es posible seguir avanzando. Te espero el mes que viene para descubrir juntas nuevas aventuras. ¡Disfruta mucho!Gatear
Y si no gatea
Signos de alarma del desarrollo de tu bebé de 7 meses
La alimentación de tu bebé
Cantidad de comida
Evita entretenerlo durante la comida
Baby Led Weaning
El sueño del bebé con 7 meses
Estimulación y juego para un bebé en su séptimo mes
Ensuciémonos y comámonoslo
La permanencia
Persecución
Vamos a jugar sentados
Las magníficas pompas de jabón
Romper y destrozar
Hablar y cantar
Citas médicas importantes para un bebé de 7 meses
Preguntas frecuentes sobre los bebés de 7 meses
¿Y si come poco?
¿Cuándo puede dormir solo?
¿Puedo usar las redes de alimentación o los alimentadores de silicona?
Conclusiones
Desarrollo del bebé mes a mes
Mes 0
Mes 5
Mes 1
Mes 6
Mes 2
Mes 7
Mes 3
Mes 8
Mes 4