Escrito por Jade Magdaleno, matrona
Artículos revisados médicamente
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Aquí encontrarás respuesta a las dudas e incertidumbres más habituales que solemos tener durante el embarazo, explicadas de forma amena y clara por nuestra matrona experta, Jade Magdaleno.
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¿Qué te interesa saber? Seguramente hayas oído más de una experiencia del tipo “mi madre estuvo 3 días de parto conmigo”, pero no es una afirmación del todo correcta. La gente suele confundir romper la bolsa o comenzar con contracciones con estar de partoy no es así. El final del embarazo pasa por varias fases, la primera de ellas son los pródromos, que pueden durar varios días. Generalmente aparecen contracciones, pero son muy irregulares en cuanto a su intensidad y frecuencia. Suelen ser más molestas durante la noche, por lo que la mujer termina agotada al no poder descansar bien; durante el día, disminuyen o llegan a desaparecer. Se considera trabajo de parto o fase activa del parto al inicio del parto propiamente dicho, cuando a la presencia de contracciones regulares se le suma una dilatación del cuello uterino. Hasta hace muy poquito se establecía esa dilatación en 3 centímetros, pero desde 2018 la Organización Mundial de la Salud considera que el parto está activo a los 5 centímetros. Esto significa que el tiempo que pase desde las primeras contracciones hasta los 5 centímetros de dilatación es muy variable de una mujer a otra.
Ten en cuenta que, durante la inducción, en la mayoría de los hospitales, hasta que se inicie el parto, estarás ingresada en la planta de maternidad y podrás recibir visitas (una vez en paritorio, al ser área quirúrgica, únicamente podrá estar contigo tu acompañante). Si te encuentras bien, tener unos ratos de distracción con familiares y amigos puede hacerte la espera mucho más amena. Oh… gran tabú social… de un tema absolutamente fisiológico y normal. ¿Qué haces cuando queda poca pasta de dientes en un tubo? Lo coges desde el final y vas exprimiéndolo hasta que sale, ¿verdad? Exactamente ese mecanismo hace la cabeza de tu bebé pasando por la pelvis con el recto. Si hay restos de heces, ten por seguro que saldrán, lo cual ocurre en la mayoría de los partos. La persona que te asista el parto, con una gasa, lo limpiará, como hace en casi todos los nacimientos que asiste, no serás la primera ni la única, forma parte de dar a luz. Tranquila, tu bebé no se manchará. Hay mujeres que quieren ponerse un enema antes del parto. Esta medida estaba mucho más extendida hace unos años, pero hoy en día no se suele ofrecer a no ser que la mujer lo demande, ya que puede provocar retortijones, muy molestos si se unen a las contracciones. Además, no garantiza que durante el parto no hagas caca, puede suceder que te quede una ligera diarrea que te incomode todavía más. Sí que hay mujeres que le ven utilidad a no tener que ir al baño con los puntos el día del parto si pudieron evacuar justo antes. ¡La decisión es tuya! Puede parecer una preocupación tonta, pero lo cierto es que prácticamente todas las embarazadas se hacen esas preguntas. El parto no ha cambiado nada desde el inicio de nuestra existencia, bueno, concretamente desde que nuestra especie comenzó a caminar erguida (cosa que no ocurrió precisamente ayer), pero ha cambiado nuestra actitud y nuestra atención al parto. Actualmente hay un modelo médico en el que la mujer “se deja hacer” y obedece indicaciones de los sanitarios, “los que saben”. Este modelo lleva cambiándose unos años, orientándose hacia una asistencia más humanizada donde la protagonista es la mujer, pero aun quedan resquicios de esa idea en el que la embarazada no adquiere un papel activo y ha de “portarse bien” y no gritar, pero ¿sabes qué? Si necesitas gritar, grita (y si se te escapan palabrotas por el dolor, no pasa nada, tu pequeño todavía no las entiende y esas no serán sus primeras palabras por oírtelas el día del parto). Si necesitas llorar, llora. Y si necesitas moverte sin parar, ¡hazlo! Eso no es perder el control, eso es parir. Para ti es algo nuevo, pero los profesionales que te atiendan no van a sorprenderse por tu forma de actuar, siéntete tranquila en ese aspecto. Ellos simplemente controlarán que todo marche bien y te irán dando las indicaciones para que el parto se desarrolle de la manera óptima. Generalmente, si dudas… no son de parto. Ingresar antes supone ingresar con pródromos de parto, los pródromos tienen una duración muy variable e indeterminada e incluso pueden llegar a detenerse. Si ingresas antes de tiempo y esto ocurre, casi con total seguridad intervendrán tu parto administrándote medicación para acelerarlo, lo cual es más molesto y, como cualquier medicación, conlleva riesgos. Hasta que no tengas 3-4 centímetros de dilatación, que es la fase activa del parto no deberían ingresarte. Por eso, aunque de muchísima impotencia, si vas a urgencias sin alcanzar mínimo esa dilatación, te pedirán que vuelvas a casa y regreses pasado un tiempo. Las contracciones de parto son intensas, si estás caminando o hablando te obligan a pararte y callarte. Comienzan poniéndose la tripa dura, van a más, llegan a su punto máximo y poco a poco ceden. Todo este proceso dura aproximadamente 1 minuto.
Llegas al hospital finalmente y… ¡las contracciones se paran! Es muy habitual oír en urgencias a embarazadas muy apuradas prometer “de verdad que en casa tenía muchas más y no paraban”, y es totalmente cierto que pasa. Pero, ¿por qué? Al entrar en el hospital todas piensan “a ver qué me hacen… ¿voy a parir ya?, ¿me va a doler?, ¿todo va a ir bien?, ¿me tocará alguien antipático?” y eso hace que se segregue adrenalina, cuya misión es detener las contracciones ante una potencial amenaza. ¿Te imaginas que una mamífera en plena naturaleza se pusiera a parir a sus crías sabiendo que algún depredador está al acecho? Estamos programadas para proteger a nuestros bebés ante un posible peligro. En cuanto te sientas segura y tranquila, las contracciones volverán. Tal vez te de por organizar, limpiar y preparar toda la casa para la llegada del bebé. Es lo que se conoce como Síndrome del nido, cuando el parto se aproxima, a la embarazada le entran muchas ganas de tener todo listo para la llegada de su bebé. Si no lo has hecho ya, lava toda su ropita; a veces en los almacenes de las tiendas algunas prendas pueden caer al suelo, la piel del bebé es muy delicada. Por eso mismo, escoge un detergente especial para la piel del bebé y, los primeros meses, no utilices ningún suavizante para la ropa (si tienes secadora, la ropa quedará más suave). La idea de “cuantas más pruebas, mejor” está muy extendida porque parece de respuesta bastante obvia: sí. Sin embargo, en contra de lo que la lógica nos pueda hacer pensar en un primer momento, no es así. En concreto, el RCTG tiene una tasa de falsos negativos el 1 al 5%, es decir, entre un 1 y un 5% de las pruebas realizadas con bebés con algún tipo de pérdida de bienestar fetal, salen perfectas. Sin embargo, lo que limita esta prueba es su tasa de falsos positivos, que es muy elevada: del 57 al 75% de las pruebas que detectan alguna posible alteración en el bienestar del bebé, realmente corresponden a niños sin ninguna alteración. El problema que esto conlleva es que se tiende a provocar partos de embarazadas y bebés perfectamente sanos, con las potenciales complicaciones que implica intervenir en el parto con fármacos en lugar de dejar que se desencadene y desarrolle de manera natural. La ventaja de ir a monitores es que pueden detectar que el bebé ya no está a gusto en el interior del útero, pero la desventaja es que en muchas ocasiones esa sospecha no es cierta, sometiendo finalmente a la mujer y su bebé a los riesgos de un parto provocado. Es por esto que la OMS y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia desaconsejan realizar el test basal a gestantes sanas que no hayan alcanzado la semana 40. Hay en internet multitud de listas para el momento del parto, pero lo cierto es que lo que para una es prescindible, para otra es muy útil. Seguramente haya cosas que no utilices, de todo lo que has comprado y te han regalado, y otras que te parezcan indispensables. Debes tener en cuenta dónde vas a ir a dar a luz, en un hospital público te darán absolutamente todo lo que vayas a necesitar para tu bebé durante el ingreso. Únicamente deberás llevar la ropita para ponerle el día que os vayáis a casa. Si darás a luz en un hospital privado, pregunta qué van a facilitarte, puesto que en algunos deberás llevar tus propios pañales, toallitas, ropita del bebé, gasas y suero para la cura del cordón…
Guárdate esta página web: www.e-lactancia.org Es un catálogo de medicamentos, infusiones, especias, pruebas médicas, anticonceptivos, depilación láser, alcohol, tabaco… realizado por pediatras, basándose en la evidencia científica, que indica el nivel de riesgo de cada sustancia para tu bebé. Te sorprenderá descubrir que la inmensa mayoría de medicamentos son totalmente seguros si amamantas a tu bebé. Además, si alguno no lo es, propone alternativas seguras, una herramienta muy útil si tu médico debe ponerte algún tratamiento y desconoce si es compatible con la lactancia materna o no. Puede que hayas oído hablar de casos de conocidas que finalizaron su lactancia tras una mastitis. Has de saber que, clínicamente, la mastitis en ningún caso, por grave que sea, contraindica la lactancia materna. Todo lo contrario, una correcta extracción de la leche del pecho afectado forma parte de su tratamiento. Lo que sí puede suceder que una madre, tras pasar una mastitis, decida abandonar la lactancia materna, sobre todo si no ha tenido un adecuado apoyo y seguimiento. Recuerda que la leche materna es más saludable para un bebé que la leche artificial, incluso la leche de un pecho con mastitis. La infección de tu pecho no interfiere en absoluto con su salud. Así mismo, los antibióticos que te manden para tratarla, son totalmente seguros para él.
La atención al parto es una urgencia, por lo que puedes acudir a cualquier hospital público del territorio nacional. Ahora bien, es aconsejable que, si deseas acudir a otro hospital diferente al que te corresponde, lo solicites de forma oficial. Este trámite te lo gestiona tu médico de cabecera, consulta en tu centro de atención primaria cómo realizarlo. La ventaja de hacerlo de forma oficial es que te garantizas que, al ingresar, dispongan allí de todo tu historial y puedan consultar el seguimiento de tu embarazo, sin necesidad de que tengas que ir cargando con papeles. Pese a que hoy en día prácticamente todos nuestros datos están informatizados, lo cierto es que incluso dentro de una misma comunidad autónoma puede que algunas áreas de salud no compartan esa información con otras, por lo que podrías presentarte en el hospital estando de parto sin algún dato importante para que te puedan dar la atención que en tu caso necesites. La otra ventaja es que puede que no ingreses de parto, sino que deban citarte para una inducción, por algún motivo médico tuyo o del bebé: En este caso sí te citarían en tu hospital de referencia y tú no podrías elegir sobre la marcha a qué hospital ir, porque sería una cita programada, no una atención a una urgencia.
Las mujeres que eligen la natación como forma de ejercicio físico durante el embarazo, escogen uno de los deportes más completos y beneficiosos que hay. Al final del embarazo surge una duda: ¿hasta cuándo se puede nadar? Te aconsejarán de todo (y no solo en esto, a estas alturas ya estarás un poco saturada de consejos), pero lo cierto es que, si no hay contraindicación médica en tu caso concreto, se puede nadar hasta el final del embarazo. Uno de los principales temores es el de romper la bolsa dentro de la piscina, por dos motivos:
Lo cierto es que en el sistema público te atenderá el parto la matrona que te corresponda ese día si es un parto normal, si hubiera que usar instrumental (fórceps, espátulas o ventosa) o hubiera que realizar una cesárea, se encargaría el ginecólogo que esté ese día de guardia. Puede coincidir que sea el mismo que te haga la ecografía, pero sería cuestión de casualidad. Si redactas un plan de parto, aprovecha que vas al hospital para consultar en Atención al paciente cómo incluirlo en tu historia clínica. Si no te acuerdas o todavía no lo tienes hecho, puedes llevarlo directamente el día del parto. Si vas a dar a luz en un hospital privado y vas a elegir ginecólogo, sí puedes comentarle tus deseos en alguna de las consultas.
Desde ahora y hasta la semana 35-36, se va a formar mucha vérnix (esa capa de grasa que te hemos contado) sobre la piel de tu bebé. Los que nacen antes de tiempo suelen tener más capa de esta sustancia grasa, pero entre los nacidos a término hay mucha variabilidad. Antiguamente se bañaba a los bebés nada más nacer, se pensaba que esa grasa era una especie de ayuda, de lubricante, para que el bebé naciera con mayor facilidad. Sin embargo, hoy en día se sabe que esa no es su función. De hecho, los bebés más grandes, nacidos más allá de la semana 40, han absorbido casi toda su vérnix a través de la piel, no quedando esa supuesta función lubricante que tan bien vendría de cara al parto).
Es una duda que tienen prácticamente todas las futuras mamás. Y es que los primeros movimientos del bebé no son patadas claras, hay quien los define como si tuviera una pequeña lagartijilla moviéndose dentro de la tripa, otras sienten un burbujeo, muy parecido a cuando se tienen muchos gases, de ahí el pensar que puede estar confundiéndose con eso. Incluso hay quien cuenta que es como si se estuvieran haciendo palomitas de maíz en su interior. Sientas lo que sientas, notar a tu bebé por primera vez es algo mágico. Suena altamente apetecible, ¿verdad? Estás cansada, te duele la zona lumbar de todo lo que se está curvando en el embarazo, tus piernas están sobrecargadas por los kilos que has ganado y la idea de meterse en un baño calentito te hace poco menos que alcanzar el nirvana… pero desgraciadamente no está aconsejado sumergirse en agua caliente durante el embarazo. Meterse en una bañera caliente o en un spa (¡uf! más apetecible aún) hace que se dilaten los vasos sanguíneos, lo que hace que baje la tensión y la sangre vaya más lenta, esto implica una reducción del flujo sanguíneo a la placenta, es decir, le llegaría a tu bebé menos sangre y, lo que es más importante, menos nutrientes y oxígeno. En cambio, sí que puedes ducharte y dirigir el chorro de agua caliente hacia tus lumbares. Una ducha de agua caliente no te sumerge por completo en el mismo calor que te produciría un baño.
Con 17 semanas los genitales ya pueden verse, pero hay que tener en cuenta que genitales masculinos y femeninos surgen de una estructura anatómica común. Es bastante infrecuente equivocarse al determinar el sexo en una ecografía, ¡pero no imposible! Alguna vez se detecta la equivocación en otra ecografía, cuando el embarazo está más avanzado… y otras en el mismísimo paritorio. De todas formas, es una sorpresa muy improbable. Pese a que los test de ADN fetal son muy fiables, algunos laboratorios aconsejan complementar la prueba de resultado positivo con una amniocentesis. Ten en cuenta que el fin de la amniocentesis ante una sospecha de anomalía del bebé es interrumpir el embarazo o valorar el grado de afectación de tu bebé para adecuar el control que se le va a realizar y planificar su futuro tratamiento al nacer. La fiabilidad de su resultado es importantísima. Tumbarte boca arriba puede hacer que te marees, porque baja la tensión arterial. Esa tensión baja hace también que el flujo placentario sea menor, reduciendo así el aporte de oxígeno y nutrientes a la placenta. Ten en cuenta que la vena cava se comprime, pero no se colapsa, por lo que tumbarte boca arriba no va a ser catastrófico para tu bebé. El cuerpo es sabio y mucho antes de que la situación pueda comprometer su bienestar, tú te vas a encontrar verdaderamente incómoda en esa postura, así que inconscientemente te cambiarás. Si antes del embarazo dormías siempre boca arriba, a medida que aumente el tamaño de tu abdomen, te resultará molesto, así que escogerás otra postura. Boca abajo no le pasa nada a tu bebé, no le vas a aplastar, pero igualmente te resultará incómoda esa postura a medida que crezca el abdomen.
Generalmente se suele decir “si dudas si esas contracciones son o no de parto, es que no lo son” porque es cierto que lo habitual es que las contracciones de parto sean infinitamente más molestas (o incluso dolorosas). Las de parto suelen obligarte a detenerte si vas caminando, las de Braxton-Hicks no. No obstante, hay algunos casos en los que una amenaza de parto prematuro cursa con contracciones muy poco molestas o nada molestas para la mujer, hay que tener en cuenta también que el umbral del dolor y la tolerancia a este de cada mujer son únicos. Las contracciones que alertarían de una amenaza de parto prematuro son más frecuentes, las de Braxton-Hicks no exceden de 4 o 5 cada hora y si te sientas o te tumbas y permaneces en reposo, suelen remitir.
Existe cierta controversia con este tema puesto que algunos profesionales dicen que puedes dejarlo y otros, que continúes hasta el parto. La función del ácido fólico es prevenir defectos en la formación del tubo neural (estructura del sistema nervioso del bebé). En la semana 14 esa estructura ya está formada, por lo que el ácido fólico no aporta beneficios ni tiene capacidad de modificar alguna alteración que pudiera haber ocurrido. Es por eso que la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y Consumo recomienda, a partir del inicio del segundo trimestre, dejar de tomarlo. Sin embargo, y de ahí viene que haya embarazadas con información contradictoria, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia aconseja tomar algún multivitamínico con ácido fólico no solo hasta el parto, sino hasta 4-6 semanas después si no das el pecho y hasta que dure la lactancia, si optas por la materna. Ante cualquier duda, pregunta a tu matrona o ginecólogo cuál es la mejor opción en tu caso concreto. Se ha detectado que algunos componentes de los protectores solares se acumulan en la placenta, sin conocerse muy bien las consecuencias que esto pudiera tener en la salud a largo plazo de los niños. Si quieres saber más, en este enlace encontrarás toda la información sobre este estudio. Esta duda no debe llevar en ningún caso a prescindir del protector solar, puesto que los daños del sol no son meramente estéticos, sino que pueden ocasionar hasta cáncer de piel. Dentro de los protectores solares existen 3 tipos: Por el momento, los únicos que han demostrado su seguridad durante el embarazo son los protectores solares de filtros físicos. Aunque suelen extenderse y absorverse peor, son igual de eficaces contra la radiación solar.
Si te han dado los resultados del test de O´Sullivan y te han diagnosticado diabetes gestacional, debes cuidar lo que comes. Normalmente cuando oímos la palabra “dieta” pensamos en comer menos o adelgazar, pero en este caso no es necesario reducir lo que comes, sino que debes seguir unas pautas para evitar que ciertos alimentos favorezcan que te suba de golpe o demasiado el azúcar en sangre. Estas pautas son muy beneficiosas también si no eres diabética: sustituir el arroz, la pasta y el pan blanco por su versión integral te ayudarán a controlar tus valores de azúcar, además te aportarán una cantidad de fibra muy necesaria también para combatir el estreñimiento, que a estas alturas del embarazo puede que se haya convertido en un problema para ti. El 50-60% de tu dieta ha de estar formada por hidratos de carbono, el 20% por proteínas y el 25-30% por grasas. Si en tu caso la dieta no fuera suficiente, tu médico te pautará la utilización de insulina, administrada con una aguja tan fina bajo la piel, que apenas molesta. Si has desarrollado diabetes gestacional, quédate tranquila: tras el parto suele desaparecer. Una de las principales dudas a la hora de realizar actividad física en el embarazo es saber cuál es el límite, pues hay temor a “pasarse”. El ejercicio físico es tremendamente beneficioso en el embarazo, si entrenabas con gran intensidad deberás evitar los ejercicios con riesgo de impacto, pero podrás mantener una actividad tal que te haga alcanzar hasta 160 latidos por minuto (si eres mayor de 29 años, se baja el límite a 156 latidos por minuto). Si no hacías ejercicio antes del embarazo, no es el momento de empezar a prepararte para correr una maratón, mantén tus latidos por debajo de 144 latidos por minuto. Siempre deberás detener tu actividad deportiva si apareciera alguna molestia. Ante la duda, el consejo desde la prudencia es que intentes teñirte con productos vegetales sin químicos, en un espacio bien ventilado, si lo haces tú, usa guantes, y a ser posible, espera a pasar el primer trimestre que es cuando se están formando los órganos de tu bebé y cuando mayor riesgo hay de malformación, por la causa que sea. Pese a que no existen adaptadores oficialmente homologados, la Dirección General de Tráfico recomienda su uso durante el embarazo para una mayor comodidad y una reducción del impacto en el abdomen en caso de accidente. Si tienes ganas de tener uno, que sea porque te apetezca escuchar el corazón de tu bebé o que lo oigan tus seres queridos. Pero si tienes ansiedad por saber si todo va bien, no es buena idea intentar paliarla con un doppler, pues en estos casos, las mujeres aseguran que, más que tranquilizarse con su uso, ven cómo crece su ansiedad y la constante necesidad de usarlo. Ten en cuenta que hasta el mejor profesional en ocasiones tiene dificultades para escuchar el latido fetal, porque depende mucho de cómo esté colocado tu bebé, de lo pequeñito que sea y de la capa de grasa que tenga tu abdomen. El masaje perineal te lo puedes hacer tú misma, tu pareja o un profesional (una matrona o un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico). Consiste en ir entrenando las fibras del periné de cara al parto, para hacerlas más elásticas y evitar así un desgarro vaginal. Ha demostrado ser de utilidad si se practica desde la semana 32, pero requiere constancia por tu parte y una correcta técnica, por lo que puedes ir buscando ya información sobre cómo realizarlo adecuadamente. Tienes la opción de contactar con un profesional que le enseñe a tu pareja cómo hacer el masaje perineal, ya que un folleto explica la técnica, pero es complicado enseñar la presión que se debe ejercer, por ejemplo. Si crees que te costará ser constante, puedes ir adquiriendo ya el hábito para, llegada la semana 32, saber que lo estás realizando correctamente y con una frecuencia útil. Si te sientes ansiosa o triste de forma prolongada, vas a beneficiarte muchísimo de la ayuda profesional. Las mujeres que dan el paso de consultar con un psicólogo desde que comienza esa preocupación tan molesta, afirman sentirse muchísimo mejor y evitan que su malestar se agrande. Hay psicólogos perinatales, especialistas en la atención de la mujer embarazada y puérpera. ¡No sólo hay que cuidarse a nivel físico! Pasado el momento inicial de la alegría por conocer que estás embarazada, pueden empezar las dudas y los miedos o, puede que estuvieran ahí desde el principio, pero la emoción de saber que vas a ser mamá, tampoco te hacían prestarles mucha atención. Hay mujeres que se quedan más tranquilas haciéndose una ecografía precoz, puedes hacerla si es tu caso. Lo que es muy importante tener en cuenta es que la ecografía te dará tranquilidad en ese momento, pero no te garantiza en ningún caso que al final de ese mismo día todo continúe bien. Lo habitual es que un embarazo no se complique, pero es algo que nadie va a poder garantizarte. Lo cierto es que la espera hasta la primera ecografía se hace muy larga casi siempre, pero no debemos pensar que más ecografías suponen un mejor control del embarazo. La Organización Mundial de la Salud, de hecho, sólo aconseja realizar 2 a lo largo de toda la gestación. No existe ninguna evidencia de que realizar ecografías mensuales en un embarazo normal mejore su curso o minimice los posibles riesgos. Esta respuesta dependerá de muchas cosas, principalmente de la agenda de tu centro de salud… La mayoría de los centros de salud tienen grupos de preparación al parto, pero algunos pueden estar muy masificados porque asistan a ellos embarazadas de otras zonas cuyos centros de salud no cuenten con estos cursos. Pregúntale a tu matrona cuándo empezar, cuántas clases son y cuántas parejas acuden. Generalmente las clases de preparación al parto suelen incluir entre 8 y 10 clases y estas suelen durar unas 2 horas aproximadamente, pero hay mucha variabilidad.
También existen otras opciones para hacer la preparación al parto: Toda información que recabes es poca, al fin y al cabo, durante el embarazo y parto estarás asistida por profesionales, pero una vez en casa te sentirás en ocasiones “sola ante el peligro”. Ya con el bebé nacido, te resultará más complicado apuntarte a cursos así que… ¡aprovecha ahora! Vas a agradecer mucho sentir la confianza y seguridad que da el tener información y capacidad de solventar las dificultades cotidianas con tu bebé. Es imposible darte una respuesta con garantías, pero siguiendo los consejos de tu ginecólogo o matrona y controlando el embarazo, se reducen al mínimo las posibles complicaciones. Hay mujeres que dan la noticia a la familia y amigos desde el mismo momento que conocen de su embarazo. Otras, prefieren esperar a que pase el primer trimestre y enseñar la primera ecografía. En internet tienes muchísimas ideas para dar la noticia muy divertidas y emotivas. Puedes utilizar la regla de Naegele. Escribe la fecha de tu última regla, no el día que la terminaste, sino el primero, cuando empezaste a sangrar. Ahora al día, súmale 7 y al mes, réstale 3… ¡voilá! Ese es el día que saldrás de cuentas. Pero si no eres muy amante de las matemáticas o quieres más datos, te recomendamos que uses nuestra calculadora de embarazo, que te dará la tu FPP, además de otra información importante. Es cierto que hay controversia sobre el modo de diagnosticar la diabetes gestacional: no parece que haya un método claramente ventajoso frente a los demás y es por ello que cada país adopta unas medidas diferentes en sus protocolos. En algunos lugares únicamente se someten al test las mujeres que tienen algún factor de riesgo para desarrollar diabetes gestacional, como el sobrepeso, ser mayor de 35 años, tener algún familiar directo enfermo de diabetes, presencia de glucosa en alguna analítica de orina o haber tenido algún niño de más de 4kg al nacer. Dejarse una diabetes sin diagnosticar puede tener riesgos, pero también los puede tener diagnosticar como diabética a una mujer que realmente no lo sea, ya que con un diagnóstico de diabetes gestacional aumentan las inducciones de los partos. Es por esto que hay algunas mujeres que, si no tienen ningún factor de riesgo, prefieren no hacerse la prueba. Además, en estos casos suele haber malas experiencias propias o de personas cercanas con la prueba, como náuseas y vómitos. ¿Significa que a esas mujeres no se les controla si pudieran tener una diabetes gestacional? ¡En absoluto! El médico individualizará cada caso y se le pedirá a la embarazada que se haga a diario varias determinaciones de glucemias capilares en casa (el pinchacito en el dedo que se hacen los diabéticos para controlar sus niveles de azúcar), llevando un registro de los resultados durante unas cuantas semanas, para valorar cómo suben y bajan sus niveles de glucosa antes y después de las comidas. Lo cierto es que la tercera semana es muy improbable que aun estando embarazada des positivo en un test, aunque sea ultrasensible. Los test de embarazo detectan una hormona llamada gonadotropina coriónica humana o β-hCG, que aparece en la gestación, pero que todavía no se ha empezado a fabricar en grandes cantidades a estas alturas. Por eso, no desesperes si sale un test negativo, aun haciéndolo con la primera orina de la mañana. Espera a la cuarta semana y repítelo, tendrás menos posibilidades de tener un falso negativo. Esta es una duda bastante habitual, pero lo cierto es que no existe ninguna baja por embarazo en nuestro país. Si tu trabajo no dispone de un convenio que incluya permiso por gestación, deberás trabajar hasta el mismo día del parto. Evidentemente, no todas las mujeres hacen esto, les dan de baja antes, pero en esos casos se trata de una baja médica. Es decir, ha de existir una causa médica para otorgar la baja, el embarazo propiamente o estar muy cansada no lo es. Suelen ser motivos de baja laboral en la gestación: Cada médico valorará de forma individual cada caso para determinar si existe causa médica que respalde la baja o no y determinar el tiempo que durará la baja. Puedes y debes. Se ha relacionado una mala salud bucodental con el aumento del riesgo de tener un parto prematuro. Si te sangran las encías o te duele una muela no debes posponer en ningún caso la visita a tu dentista. La anestesia que utilizan es perfectamente segura durante el embarazo. Hoy en día existen aplicaciones móviles para absolutamente todo, no podían faltar las que llevan la cuenta de los movimientos fetales, ¿sirven? Bueno, depende de para qué. Si el fin de usarlas es simplemente tener apuntado en algún sitio cuántas veces se ha movido tu bebé, sí (igual que cualquier libreta), pero si el fin es controlar el bienestar del bebé o que el embarazo vaya bien, en absoluto. No existe ninguna evidencia de que este tipo de registros conlleve beneficios. Suele suceder que cuando te das cuenta de que, en lo que va de día, no has notado a tu bebé, ha sido porque has tenido un día muy movido y en lo último en lo que has prestado atención ha sido en el movimiento de tu bebé. Con estas App pasa como con las de contaje de las contracciones o los Doppler fetales de uso doméstico, hay que tomarlas como un entretenimiento, jamás como una herramienta diagnóstica, porque no sirven para eso. Además, pueden llegar a producir ansiedad en algunas mujeres en lugar de tranquilidad. La ganancia de peso no está repartida equitativamente a lo largo de los 9 meses, se gana bastante más peso al final del embarazo que al principio, por eso lo ideal sería que a estas alturas no hubieras ganado más de 4-5 kilos. Si estás aumentando más de ese peso, intenta encontrar el motivo, porque seguramente no sea que estás comiendo en exceso: ¿Tu dieta incluye demasiados snacks?, ¿cómo cocinas tus alimentos? Una coliflor es sanísima, pero si la haces al horno con panceta y queso gratinado, aporta calorías y grasas saturadas excesivas ¿Estás haciendo suficiente ejercicio? Tal vez no debas modificar tu dieta, pero sí realizar un ejercicio más intenso, más frecuente o durante más tiempo, más vale 1 hora de pilates a diario que 2 paseos tranquilos a la semana de 20 minutos.
Si la tensión se eleva mucho, aparece dolor de cabeza y en la parte alta del estómago y pueden verse lucecitas o manchas. Si te ocurre esto, acude al médico para que te tomen la tensión. Desafortunadamente, se desconoce su causa y, por tanto, cómo prevenirla. Los últimos estudios han encontrado que una dieta rica en calcio puede evitar la aparición de la preeclampsia.
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